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Enrique Dans

Política en la red y con respecto a la red

Los resultados de las primarias en Iowa y New Hampshire nos permiten ya especular sobre el efecto de la red en la campaña. Y los resultados vienen a reafirmar el importantísimo papel del manejo de Internet y las propuestas con respecto a Internet.

Las elecciones norteamericanas siguen proporcionándonos ejemplos de hasta qué punto Internet ha pasado a jugar un papel fundamental en la política moderna. En columnas anteriores, hablábamos de las marcadas diferencias entre los sondeos en la red y los realizados a través de medios convencionales en la población general entre los senadores Hillary Clinton y Barack Obama, y especulábamos sobre la representatividad de ese “voto Internet” motivado por las acciones de los candidatos en dos importantes y muy diferentes sentidos: lo que hacían en la red, y lo que decían con respecto a la red. Ahora, los recientes resultados de las primarias en Iowa y New Hampshire nos permiten ya especular abundantemente con respecto al efecto de la red en la campaña. Y los resultados vienen a reafirmar el importantísimo papel que el manejo de Internet y las propuestas con respecto a Internet están jugando en la campaña norteamericana.

El senador Obama llegó a las primarias de Iowa como cierto aire de víctima: nadie descartaba la sorpresa, pero plantear su posible victoria era simplemente eso, una sorpresa. Con respecto a la red, la importante ventaja que Obama amasaba venía de dos aspectos claramente diferenciados: por un lado, era uno de los candidatos más hiperactivos en ella. Con gran presencia en todas las redes sociales, con numerosos vídeos en YouTube con sus discursos o resaltando su importante compromiso con la acción social, Obama era claramente el candidato que mejor parecía estar manejando lo que hacía en la red, con un apabullante 60 por ciento de apoyo frente a su principal rival en el bando demócrata, Hillary Clinton, con menos de un 20 por ciento. Pero además estaba el segundo aspecto, mucho más importante, y con unas connotaciones notablemente más “prácticas” y menos “estéticas”: lo que Obama decía que iba a hacer en caso de resultar elegido con respecto a la red. Obama era el candidato que prometía transparencia en la gestión pública, ofrecer permanente información al ciudadano a través de la red, informar al ciudadano acerca de las reuniones de los representantes públicos con lobbies y grupos de presión, abrir a los ciudadanos el uso de la información pública... Un candidato que visitaba las oficinas de Google en Mountain View y decía allí que quería cambiar el mundo tal y como Google había cambiado la red, que abogaba sin ambages por la neutralidad de la red con respecto a los proveedores de servicio... todo un credo de apertura perfectamente identificable con la mayoría de los puntos sostenidos por los movimientos próximos al ciberactivismo.

En ese sentido, la victoria de Obama en Iowa nos deja clara una cosa: que la imagen de las encuestas realizadas en la red, en un país en el que el 75 por ciento de la población tiene acceso a ella, no suponen un excesivo factor de distorsión. La red importa en todos los sentidos, y ya no es un voto que se trabaja con cuatro mensajes y gestos testimoniales, con una simple página mona. El de la red es un voto informado, que se conquista con las promesas y con los hechos.

En el lado de la senadora Hillary Clinton, las cosas se han visto en todo momento de otra manera. La ex-primera dama es mucho más “un político de los de antes”, una persona que se prodiga en la red muchísimo menos, que lo hace con menor naturalidad, en la que sus acciones se ven más como el deseo de explotar un canal más, llevada por los consejos de sus asesores, que por una motivación genuina y personal. En estas elecciones hay candidatos que claramente creen en la red –el ya citado Obama o Ron Paul en el lado republicano– y otros que van más a remolque o directamente no van, como la citada Hillary Clinton o el republicano Rudolph Giuliani, un auténtico ludita en su relación con la red.

Sin embargo, si algo cabe destacar de lo ocurrido entre las primarias de Iowa y New Hampshire, aparte del cambio de vencedor, ha sido la velocidad de reacción de Hillary Clinton. La mayor parte de los analistas atribuyen su victoria en New Hampshire a dos hechos: por un lado, la lagrimita que dejó caer para demostrar que tenía sentimientos a quienes la tildaban de dura. Y por otro, a la afirmación de que pretendía crear un “equipo de bloggers gubernamentales”, literalmente:

“Deberíamos incluso tener un equipo de bloggers gubernamentales en el que personas de las agencias estuviesen constantemente contando a todos, a los contribuyentes, a los ciudadanos de América, todo lo que está pasando, información al minuto acerca de lo que su gobierno está haciendo, para que todos puedan estar informados y hacer responsable al gobierno”

Hillary Clinton no es para nada una ludita, pero hasta el momento, había despreciado cosas como el voto en Facebook, los blogs o la presencia en Digg, justo al revés que su oponente. El párrafo anterior, sin embargo, bebe directamente de las fuentes de éste, que desde el primer momento ha hecho bandera de la transparencia total.

En España, y con unas elecciones mucho más próximas, la red sigue trayendo a muchísimos políticos completamente sin cuidado. El debate del canon ha sido un claro ejemplo de ello: el PSOE ha hecho sus aritmética electoral y apuesta a que su extremadamente impopular y decidido apoyo al canon digital será algo que la mayoría de los electores habrán olvidado completamente dentro de dos meses, el 9 de Marzo. El PP intenta usar electoralmente el debate sobre el canon, pero lo hace tan mal que no aclara si en su lugar intentará seguir la infame “vía Sarkozy”, que provoca todavía más dudas y pánico en los internautas. En este contexto de no saber como manejar la red, un medio importante, 20 Minutos, ha propuesto un debate entre los candidatos en Internet utilizando Twitter para hacer las preguntas: por el momento, no ha obtenido respuesta. Por ahora, poco más que gestos mediáticos en la red, y poco acerca de la red. Veremos si, como Hillary Clinton al ver la importancia que está adquiriendo la red en la campaña, saben recoger el guante.

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