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Juan Carlos Girauta

Ayudas que Rajoy no ha pedido ni necesita

"El primero que no entiende Cataluña es el PP de Cataluña", nos dice. Dejando aparte el concepto de lealtad de quien se dedica a hostigar a su formación, la reflexión tendrían sentido si el PPC de Sirera hubiera obtenido peores resultados que en 2004

Lo que decidirá la actitud de la oposición durante la primera etapa de la legislatura es el modo en que interprete cómo y por qué ha perdido las elecciones. Conviene, en primer lugar, comprender que el triunfo socialista se ha basado en el abrumador apoyo recibido en Cataluña, con resultados sólo comparables al triunfo felipista de 1982. El PSC ha obtenido un impresionante 45’33 % del voto y 25 diputados. Le sigue a gran distancia CiU, con un 20’98 % de sufragios, y asciende al tercer puesto en la comunidad el PPC, con un respetable 16’39 %, es decir, más del doble de los sufragios de ERC.

Dado el protagonismo catalán en el triunfo de Zapatero, interesa examinar las tempranas claves que se ofrecen a Rajoy desde el Principado. Destacaré dos: la del hombre de La Vanguardia en Madrid y la del que fuera mano derecha de Piqué y principal estratega de aquella etapa del PPC.

Enric Juliana nos comunica que "Federico tiene la culpa". ¿Y de qué es culpable nuestro editor? ¿De que el PP supere los diez millones de votos? Eso, más que un reproche, merecería un homenaje. Así lo plantea Juliana: "Los catalanes han votado mayoritariamente a Zapatero para frenar al PP. Y la culpa es de Federico (...), el más conspicuo ideólogo del anticatalanismo." Acabáramos. Sin embargo, por "anticatalanismo" hay que entender aquí enfrentamiento a la ideología nacionalista. Al hablar de "culpa", se diría que Juliana lamenta que el PP no haya alcanzado el 45 % del voto español. ¿Es así? Ni en broma. Despojándola de la identificación de un culpable individual –simple desahogo y linchamiento moral–, la tesis se queda en esto: el PP no debería haberse enfrentado a los postulados nacionalistas.

Eso mismo piensa Francesc Vendrell, hombre fuerte de la etapa Piqué y todavía diputado autonómico del PPC. Aunque él prefiere culpar a los nuevos dirigentes de su partido: "El primero que no entiende Cataluña es el PP de Cataluña", nos dice. Dejando aparte el concepto de lealtad de quien se dedica a hostigar a su formación, la reflexión tendrían sentido si el PPC de Sirera hubiera obtenido peores resultados que en 2004, cuando Piqué y Vendrell cortaban el bacalao y en vez de doblar con creces el voto de ERC quedaban por detrás de los separatistas.

No parece que los elementos válidos de reflexión sobre el triunfo de Zapatero, que es por encima de todo el triunfo del PSC, vayan a venir de voces tan bien intencionadas. Se impone un análisis de la estructura del voto en Cataluña. Un poco de paciencia, que habrá sorpresas.

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