Menú
José Vilas Nogueira

De por qué se nombró ministra a Bibiana

Esta igualdad de porcentaje de hombres y mujeres en los puestos de dirección política, y asimilados, es la sola "igualdad" que persigue la cofradía progre. Fácil, barata y de mucho lucimiento.

Bibiana Aído es una joven gaditana, de familia socialista (su padre fue el primer alcalde socialista de Alcalá de los Gazules), y ella misma lleva quince años en el PSOE (primero en las Juventudes; después con los mayores). Es (o ha sido) miembro del Comité Provincial y de la Ejecutiva del PSOE de su provincia, delegada provincial de la Consejería de Cultura, también en su provincia, y directora de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco. Al margen de la política, es licenciada en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Cádiz, su provincia.

El día 12, Zapatero la nombró ministra de Igualdad, lo que la ha convertido en la ministra más joven de la historia de España. El presidente justificó así la composición de su nuevo Gobierno: "Siempre he pensado que es muy bueno predicar con el ejemplo, con el Ministerio de Igualdad, con la ministra joven que ha tenido España, con una mujer al frente del Ministerio de Defensa y con más ministras que ministros..."

El gran demagogo nos obsequia una, vez más, con su balbuceo incoherente y contradictorio. Si la creación de un Ministerio de Igualdad garantizase por sí sola la igualdad efectiva, habría que reprocharle su avaricia. Debería haber creado también un Ministerio de Libertad, de Fraternidad, y todos aquellos que aconsejen las virtudes del republicanismo cívico, que le atribuye su mentor Philip Pettit, que enseña en Princeton pero que está más en las nubes que su homófono, Philipp Petit, cuando paseó entre las dos torres del World Trade Center, viaje que los islamistas han hecho ya imposible, para el funámbulo y para el ideólogo.

Por otra parte, la hazaña zapateril de nombrar a la Ministra más joven de la historia de España no es más igualitaria que nombrar a la Ministra más vieja. Pero la ocurrencia sienta peligrosos precedentes. En tiempos tan deportivos como los contemporáneos, qué Presidente del Gobierno no intentará superar este record. Los aun jóvenes llegarán a ver a una niña de guardería aupada por sus papás (por sí sola no podría), naturales o políticos, a un Ministerio. Para terminar, en el colmo del disparate, Zapatero manifiesta que la existencia de más ministras que ministros es signo de igualdad. No digo que ni sea plausible, pero más igualitario sería tantas ministras como ministros.

Esta igualdad de porcentaje de hombres y mujeres en los puestos de dirección política, y asimilados, es la sola "igualdad" que persigue la cofradía progre. Fácil, barata y de mucho lucimiento. El problema es que hay muchas más mujeres (y hombres) que puestos de dirección. Y no todos son estúpidos. En expansion.com, Vanesa escribió:

Soy una chica de Cádiz de la misma edad que la señora ministra, también universitaria. La gran virtud de Bibiana es ser hija de un histórico del PSOE andaluz, su trayectoria profesional es paupérrima, estuvo (enchufada) durante 7 meses en la Universidad de Cádiz en un proyecto menor, y de ahí a ¡Delegada Provincial de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía! (...) un nuevo enchufe y directora de la Agencia para el Desarrollo del Flamenco (sin entender ni papa de flamenco) y de ahí a ¡MINISTRA! (...) Quiero que me gobiernen los mejores profesionales, no los que sepan brujulear mejor en un partido (he votado al PSOE) o los que tengan un padrino (...) para ser doctora hay que ser primero bachillera.

Pero, en el retablo de las maravillas, el gran demagogo es también el gran taumaturgo. Sólo a él cabe definir la igualdad y la desigualdad. ¡Alabado sea, Zapatero!

En Sociedad

    0
    comentarios