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Agapito Maestre

La escenificación del enfrentamiento

La señora Sánchez-Camacho prefiere pasar desapercibida en el paisaje del nacionalismo catalán; más aún, le gustaría liderar un frente común catalán contra Rodríguez Zapatero. ¡Pobre!

La política es un arte para la que no todo el mundo está dotado. El buen político necesita, como casi todo lo que merece la pena, tanta valentía como inteligencia. La primera sirve para aceptar el destino histórico que le haya tocado a uno en suerte. La segunda ayuda a combatir a los adversarios. Me gustaría equivocarme, pero tengo la sensación de que la presidenta del PP en Cataluña, la señora Sánchez-Camacho, no está bien asistida por ninguna de esas cualidades. Tampoco creo que reciba buenos consejos de Arenas y Rajoy, sí, de Arenas y Rajoy, por este orden.

Si la presidenta del PP de Cataluña tuviera coraje moral, o sea, fuera capaz de arriesgarse, de luchar con sinceridad por el poder, aceptaría el destino histórico que el PP tiene reservado en Cataluña: ser una fuerza nacional española. Mientras la nueva presidenta del PP en Cataluña no se entere de que el PP tiene que ser distinto de las miserias nacionalistas y socialistas, no podrá aspirar a nada sensato en la política española. Por el contrario, la señora Sánchez-Camacho prefiere pasar desapercibida en el paisaje del nacionalismo catalán; más aún, le gustaría liderar un frente común catalán contra Rodríguez Zapatero. ¡Pobre!

No han pasado 24 horas de sus primeras declaraciones y ya ha recibido la primera bofetada. Se lo tenía merecido por su falta de energía moral; sí, han sido los de CiU –ese sueño quimérico del pepero sin ideas para gobernar algún día en coalición con los de Mas– quienes ya se han negado a firmar una comparecencia del presidente del Gobierno en el Congreso para que explicase cómo se financiarán las Autonomías o, lo que es lo mismo, cómo saldrá del atolladero con Montilla. Si ya lo había olvidado, señora Sánchez-Camacho, ahí tiene un recuerdo de las consecuencias del Pacto del Tinell.

Tampoco exhibe mucha inteligencia política la señora Sánchez-Camacho, lo digo con el máximo respeto por su persona, cuando dice que el enfrentamiento entre Montilla y Rodríguez Zapatero puede ser dramático para ambas formaciones políticas. Falso. El PSC es un invento electoral, un cambalache singular en el sistema de partidos políticos europeos, del PSOE, que éste utilizará a su conveniencia, o sea, para sacar "partido" y tajada electoral tanto en Cataluña como en el resto de España. No le quepa la menor duda, señora Sánchez-Camacho, que la escenificación del enfrentamiento entre los socialistas se llevará hasta sus últimas consecuencias. Sí, sí, no se extrañe de que los de Montilla no aprueben los Presupuestos Generales del Estado y que Rodríguez Zapatero se mantenga en sus posiciones respecto a la financiación de Cataluña.

¿Sabe usted, estimada señora Sánchez-Camacho, por qué escenificarán hasta el límite esas tensiones? La respuesta es sencilla. Se necesita un poco de valentía y una pizca de inteligencia para hallar la contestación adecuada. Piénselo un poco, amiga, y verá que las tensiones entre Rodríguez Zapatero y Montilla sólo tienen un objetivo: dejar, otra vez, fuera de juego al PP, primero, en Cataluña, y luego en el resto de España.

Vale.

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