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Juan Morote

Llanto por la muerte de la Justicia

Gracias a su infecto pasteleo con la renovación de los órganos constitucionales, los españoles somos, a partir de hoy, menos libres. Póngase una medalla, señor Rajoy; y póngale otra a Soraya.

Con el acuerdo alcanzado entre el Partido Socialista y el Partido Popular para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), se ha enterrado la última posibilidad que le quedaba al PP de demostrar que lo dicho en su programa electoral era verdad. En su programa prometían recuperar el sistema de elección de miembros del CGPJ anterior a la ley de 1985, es decir, aseguraban minimizar el papel del Parlamento en la elección de los vocales, devolviendo así el peso de la elección a los jueces y magistrados.

El PP y el PSOE, cual empresas de contratación, han colocado a nueve vocales cada uno; todos ellos juristas de clara inclinación política y, lo que es fundamental en estos casos, de fidelidad probada al partido. El PP debería haber resistido con uñas y dientes todo el tiempo que hubiera sido necesario; ya que lo único que ha conseguido es volver a ser engañado, como lo fue, a través de Michavila, en el funesto pacto por la Justicia.

Ahora podemos afirmar, sin ningún temor a equivocarnos, que con la nueva composición del CGPJ, resultante del flamante acuerdo alcanzado por Soraya Sáez de Santamaría y José Antonio Alonso, en este país el adjetivo "independiente" es tan ajeno a la Justicia como la cultura a Pepe Blanco. Con este pacto el Partido Popular ha entregado la llave de las decisiones del Consejo a dos ex diputados nacionalistas, vasco el uno y catalana la otra.

Se ha cometido un latrocinio contra la democracia. Este estriba en permitir que sean los nacionalistas los que tengan la facultad de inclinar el fiel de la balanza, en cualquier votación que se produzca en el ámbito competencial del órgano de gobierno de los jueces. De este modo, llegado el día que el Consejo tuviera que evaluar la actuación de "Garzón I el Acusica" en el caso del chivatazo a ETA, la decisión sobre la sanción dependerá de lo que estime el vocal del PNV. Me parece demencial.

Cuando estamos viendo que en los últimos ocho años se ha acelerado la natural radicalización del mensaje nacionalista, los dos principales partidos españoles, o al menos así se les supone, entregan la llave del gobierno del poder más importante en un régimen de libertades, la del poder judicial, a aquellos cuya causa común es la destrucción de España y lo que ésta significa.

Gracias a su infecto pasteleo con la renovación de los órganos constitucionales, los españoles somos, a partir de hoy, menos libres. Póngase una medalla, señor Rajoy; y póngale otra a Soraya. Ha avanzado un paso más en su dinámica de mimetizarse con el PSOE, pero no cuente con que esto le llevará a la Moncloa, de momento sólo irá usted allí de visita, y creo que tampoco por mucho tiempo.

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