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José Vilas Nogueira

Entre el Hola y La Sexta

La supervivencia de Aguirre indignó muchísimo a los zapateristas y compañeros de viaje, que no tienen otra creencia ni otro programa que sembrar el odio contra las personas decentes. Y, naturalmente, el compañero José Blanco ocupó el puesto de vanguardia.

Los domingos, el diario El Mundo publica Crónica, un suplemento misceláneo, presuntamente dirigido a un público poco exigente, que no pocas veces resulta una confusa mezcla de las revistas de evasión (estilo Hola) y de la indecente baba de algunos programas de "humor" televisivo (en los que La Sexta es campeón indiscutido). Este domingo abre con un reportaje sobre Esperanza Aguirre. La presidenta de la Comunidad de Madrid está de moda, pues aconteció que tuvo la desgracia de estar en Bombay con ocasión de los pasados atentados y la fortuna de salir bien de ellos. Como no es la primera vez que escapa por los pelos de la muerte, sus devotos lo celebraron con mucho entusiasmo, incurriendo algunos en excesos milagreros. Esto indignó muchísimo a los zapateristas y compañeros de viaje, que no tienen otra creencia ni otro programa que sembrar el odio contra las personas decentes. Y, naturalmente, el "compañero" José Blanco ocupó el puesto de vanguardia, pues nadie le supera a la hora de soltar inmundicia por su boquita.

Por el reportaje me entero de que Esperanza Aguirre es muy supersticiosa, amiga de talismanes y esclava de pequeñas manías. Nada apasionante, ni tampoco muy divertido. Afortunadamente para ella está convencida de su buena suerte (o baraka, como se dice, cada vez más, al estilo moro). Aunque yo no creo en tales prodigios, en este caso, por el bien de la libertad en España, celebraría estar equivocado.

Tras un entremés dedicado a la gastronomía de la casquería y otro a las veintitrés vueltas al mundo del juez Garzón (el Phileas Fogg de la judicatura, y sin socorro de Passepartout, para mayor mérito) viene el plat de résistance, cocinado por Miguel Ángel Mellado, no vayan a creer ustedes que El Mundo carece de progres. Uno de sus empachosos ingredientes son los comentarios del autotitulado filósofo José Antonio Marina, exitoso sofista, mayormente entregado a ganar dinero, gracias al conocido y progresista método de criticar el dinero. Antonio Lucas también da testimonio de su pertenencia a la secta, como árbitro de descomunales combates que él mismo organiza y decide.

Pero la mayoría de los ingredientes los aporta el propio chef. El más picante de este domingo se refiere –cómo no– a Esperanza Aguirre. Según Mellado, la presidenta de Madrid ha mutilado maliciosamente una cita de El Quijote. Él nos la transmite completa: "La libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra; se puede y debe aventurar la vida". Pero la presidenta liberal, según el plumífero progre, omitió "lo menos liberal y más sagrado del pensamiento hidalgo, la honra" (sic), dice con ínfulas de experto cervantino. Yo no sé qué entiende Mellado por "pensamiento hidalgo", ni si se le alcanza la deliberada ambivalencia de Cervantes a propósito de la crítica de un estamento social, ya anacrónico entonces. Pero ¿de dónde saca el periodista que el pensamiento liberal es incompatible con la honra? Sólo caben dos respuestas: o de su propia ignorancia o de su propia deshonra.

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