Simplemente verdades como puños..ojalá hubiese más gente así de valiente, que llama a las cosas por su nombre y que se unan para devolver a la palabra justicia y ley sú verdadero sentido acabando con las leyes creadas para beneficiar a los asesinos y demás calaña existente actualmente en nuestra sociedad.
Es posible que si una ley severísima sirviese para evitar los crímenes, el debate sobre las hogueras daría más de sí. Pero difícilmente una “ley” injusta puede evitar crímenes al tiempo que los comete. Una “ley” injusta es un crimen en sí misma y no puede propiciar otro debate que el del crimen de estado. Es el debate del socialismo, marxista o fascista, que plantea la conveniencia de un estado inquisitorial facultado para delinquir por una buena causa; un debate que los demócratas ya hemos resuelto rechazándolo sin ambages, porque si el fin justifica cualquier medio, ¿sobre qué vamos a construir? ¿Sobre la voluntad del déspota de turno que juega a ser dios?
El lobo socialista ha decidido comerse la Constitución: nunca hubo nada que discutir. Los fines son sólo el pretexto para justificar los medios, que son el auténtico fin: demostrar que no hay Constitución que limite su poder redentor. No quieren jueces sino comisarios políticos.
La Constitución no permite que al inocente se le trate como culpable o que lo que cuente sea de qué se le acuse y no qué haya hecho o que la sanción sea desproporcionada o que se agrave por razón de sexo. Pero el socialismo es la única fuente de “derecho” que respetan y sus víctimas las únicas que no reconocen.