Vaya consuelo, en efecto.
¿Nos arriesgaremos por una vez a ser incomprendidos a cambio de poder actuar?
Es necesario llevar de una vez el cascarón vacío de la Transición al desván e intentar reformar profundamente la Constitución o redactar otra nueva, tal y como sugiere el profesor Neira en su libro.
La parte sana del pais necesita afrontar esta importante cuestion. No podemos seguir siendo chantajeados por los nacionalismos.
Sr. Campmany, personas con inquietudes de todos los partidos, ¿no creen que ya tenemos bastante con 30 años de desastre? ¿Vamos a ser serios y consecuentes en el análisis? Hay que ver claro y decidirse a actuar. El objetivo está claro, lo dificil ahora es transmitir el mensaje, dejando claro que la nación española necesita representación auténtica y no partitocracia.
Por favor, ¡es importante empezar ya! ¡Transmitan el mensaje!
Estoy hasta el moño y eso que no llevo. Aquí hacen lo que les viene en gana ( los políticos) echo de menos jueces como en Honduras que sin tener un Rey, sus instituciones salvaguardan su Constitución y la hacen cumplir a rajatabla, aquí todo el mundo manda en todo, menos los ciudadanos que no podemos defendernos de nada, corrupción, el no-cumplimiento Constitucional, que unos palmeros modifiquen lo que les de la gana y un largo etc. ¿pesimista? Creo que persona informada, y que hasta hace poco luchaba por una educación en Castellano para todos los estudiantes en esta piel de toro y que al final como jubilada, digo aquello que pa lo que queda estar en el convento me...... dentro
¿Nada podrá hacerse.....?
Zapatero es el "acelerador de particularidades", el amigo de todos los que estén dispuestos a poner precio al "¿qué hay de lo mío?".
Y no es que los del PP sean inocentes en esta guerra... pero Zapatero, en su empeño por blindarse en el poder, ha buscado el apoyo de quienes quieren la liquidación del Estado.
¿Qué rebaño sobreviviría al gobierno del lobo?
Saludos, don Emilio.
Monsieur de Sans-Foy

Hay quien dice que están renaciendo las dos Españas.
Se quedan cortos: Ya hay treinta y cuatro