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Guillermo Domínguez

El fútbol visto por un extraterrestre

La selección chilena nada tiene que ver con la hondureña, una panda de tuercebotas de mucho cuidado, una caricatura de equipo que no sé qué narices pinta en una competición de tan hondo calado como es el Mundial.

Debe de ser que no soy de este planeta. Debe de ser que no he visto el España-Honduras. El caso es que leo en el diario de Eduardo Inda, en su edición en internet, que "la Roja vuelve a enamorar", o en ABC que "España cumple en su primera final". Y escucho a Fernando Hierro, antaño uno de los líderes de la selección, hogaño director deportivo de la Federación, decir que el equipo se ha "reencontrado" consigo mismo. O a David Villa afirmar que "hemos cumplido el trámite convenciendo". ¿Trámite? ¿Convenciendo? Debo de ser un bicho raro porque en absoluto conmulgo con tales tesis. No, ¡qué narices! Debe de ser que vengo de Ganímedes y me llamo Raticulín. ¡Ah, y te voy a pulverizar con mi rayo cósmico! "Fiu, fiu"...

Pues, ¿qué quieren que les diga? Vi el partido y me quedé con cara de tonto, con la sensación de que la selección jugó con una falta de actitud alarmante. Y mucho. ¿Que España hizo veintitantos remates? Sí, pero sólo marcó dos goles. ¿Que tuvo un 70 por ciento de posesión? Pues muy bien, enhorabuena a los premiados. El objetivo de ganar a Honduras se cumplió, pero no se logró una goleada que hubiera puesto la clasificación para octavos de final a tiro de piedra. Y, conociendo el percal, lo podemos acabar pagando muy caro.

Porque la selección chilena nada tiene que ver con la hondureña, una panda de tuercebotas de mucho cuidado, una caricatura de equipo que no sé qué narices pinta en una competición de tan hondo calado como es el Mundial. Se nos había vendido la burra de que David Suazo, Carlos Pavón y Wilson Palacios son muy peligrosos y no sé cuántas milongas más. ¿Qué pasa, acaso son mejores que David Villa, Fernando Torres y Xavi Hernández? A este extraterrestre que escribe le parece que no. Y sí los chilenos Humberto Suazo, Mark González, Alexis Sánchez o Arturo Vidal son mejores, infinitamente mejores, que los hondureños citados... Ya puede atarse España los machos porque, si hoy ha escalado una colina, el viernes le espera el Tourmalet.

A mí, a diferencia de unos cuantos millones de españoles, ni mucho menos me consuela este corto 2-0. Y ni mucho menos me parece que España haya jugado bien. Esta selección se ha presentado en Sudáfrica con la vitola de campeona de Europa, pero sigue muy lejos de su auténtico nivel. Desde luego, su fútbol rebasa con creces al de equipos como Holanda o Brasil, ya clasificados para la siguiente ronda pero con un juego que deja bastante que desear.

No me consuela en absoluto que Italia siga jugando un pimiento, que Inglaterra quede contra las cuerdas o que Francia esté hecha unos zorros. A este extraterrestre lo único que le puede reconfortar es que, después de lo visto en el Ellis Park de Johannesburgo, España hubiera ganado por cinco o seis goles a Honduras, supere con solvencia a Chile y se meta en octavos de final como primera de grupo. A partir de ahí ya veremos. De momento, si la cosa sigue por estos derroteros, de ser campeones ni hablamos.
 

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