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Henry I. Miller

Cáncer, productos químicos y tonterías

Pocos productos químicos son tan tóxicos como el informe del panel presidencial sobre el cáncer, que sólo estimula a activistas mal aconsejados a una venganza nada científica.

El panel nombrado por el presidente Obama publicó recientemente un informe sobre las supuestas causas del cáncer y cómo evitarlas. El tema es importante porque trata sobre la segunda causa de muertes en Estados Unidos, pero es más bien una farsa llena de especulaciones y sin bases científicas.

Ese documento de 200 páginas fue elaborado por un panel compuesto por apenas dos científicos, quienes carecen de conocimientos en epidemiología del cáncer y es un refrito de mitos y malentendidos acerca de las causas de esa enfermedad. El informe concluye que el daño grave se deriva de la exposición a productos químicos y que hay creciente evidencia que vincula el cáncer a la exposición a riesgos ambientales y a productos químicos.

Si los autores se hubieran molestado en consultar un libro de texto estándar en la epidemiología del cáncer, se habrían enterado de que el estilo de vida que incluye fumar, obesidad, consumo excesivo de bebidas alcohólicas y demasiada exposición al sol –y no los productos químicos en el aire, agua y alimentos– son las causas del cáncer que se pueden prevenir.

Pero en lugar de estudiar la evidencia disponible, el panel se basó en varias premisas engañosas. En primer lugar, supone que los productos químicos, por definición, son peligrosos, y que nuestra exposición a ellos deben limitarse incluso a un inmenso coste. Eso sorprende, ya que todas las cosas, tanto naturales como sintéticas, incluyendo nuestro propio cuerpo, se componen de productos químicos.

En segundo lugar, supone que el objetivo de la prevención del cáncer debe ser la eliminación de todas las exposiciones a sustancias tóxicas y cancerígenas. Es una idea pueril e imposible. Muchos alimentos contienen carcinógenos, sustancias químicas que en altas dosis provocan cáncer en animales.

En tercer lugar, el grupo no parece tomar en cuenta la relación crítica de la dosis. Es un principio toxicológico que "la dosis hace el veneno". La exposición a productos químicos como el cloruro de vinilo en altos niveles y durante largos períodos causa cáncer en el lugar de trabajo. Pero los altos niveles de exposición en el trabajo son muy diferentes de la exposición ambiental a trazas de productos químicos.

En cuarto lugar, el grupo utilizó e hizo suyo el principio de precaución que pone la carga de la prueba de absoluta seguridad a los fabricantes y proveedores de casi cualquier producto. No es un principio, sino simplemente una gran aversión al riesgo y exigir que todas las actividades y productos sean totalmente seguros antes de venderse. Pero, ¿cómo se puede asegurar que algo es cien por ciento seguro? Los críticos siempre podrán decir que no se comprobado suficientemente, o durante el tiempo suficiente, o en una dosis suficientemente alta.

Según las estadísticas del Instituto Nacional del Cáncer, el tabaco es responsable del 29% a 31% de las muertes por cáncer, la dieta de 20% a 50%, las enfermedades infecciosas entre 10% y 20%, luz ionizante y ultravioleta de 5% a 7%, exposición ocupacional (por altas dosis de cloruro de vinilo, benceno, etc.) de 2% a 4% y la contaminación (como al gas radón) entre 1% y 5%.

La verdad es que pocos productos químicos son tan tóxicos como el informe del panel presidencial sobre el cáncer, que sólo estimula a activistas mal aconsejados a una venganza nada científica.

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