Menú

Obama traumatizado

La Casa Córdoba no es una edificación cualquiera: será expresión de la superioridad islamista sobre sus víctimas. Será la aceptación de nuestra inferioridad, de nuestra derrota.

berdonio dijo el día 17 de Agosto de 2010 a las 14:54:

Sí, hay que oponerse a la construcción de la mezquita, estoy de acuerdo. Pero como liberal que me considero, pienso que no todos los medios son válidos.

Se podría compendiar la diferencia básica entre un totalitario y un liberal diciendo que mientras el primero afirma que el fin justifica los medios, el segundo sostiene que son los medios los que justifican el fin. Si tus medios son correctos, como liberal, me importa un comino cuáles son tus fines. En otras palabras: limitarse al empleo de medios que no inicien la coacción justifica los fines más perversos y retorcidos que se te ocurran. Invitaría a algunos a meditar sobre esto, porque es posible que acabaran descubriendo que de liberales sólo tienen la pose.

Estos días se vienen sucediendo en LD distintos análisis estimulando la oposición a la Casa Córdoba que no termino de entender bien. Si se trata de denunciar y poner de manifiesto ante la opinión pública la actitud falsa e inmoral del llamado Islam moderado, estoy completamente de acuerdo. Si se preconiza la excepción práctica de principios generales para impedir una inmoralidad, me opongo con idéntica fuerza.

Además, como decía ayer en un comentario que no se tuvo a bien publicar, traicionar los propios principios no es señal de fortaleza sino de debilidad. Por muy tontos que se pongan los de Hamas, jamás van a conseguir transformar un abuso cruel de las libertades en una victoria sobre un país que sepa atizarles cuando es debido y como es debido. El problema no es que consigan plantar una mezquita sobre lo que destruyen, sino que los destructores no sean perseguidos y castigados con saña. A las supuestas victorias propagandistas se les puede dar la vuelta perfectamente: una mezquita en la zona cero es prueba de la solidez y fortaleza de los principios occidentales, un Islam domesticado, al tiempo que se combate y aniquila al islamismo allí donde levanta cabeza.

Como sé distinguir entre lo fundamental y lo superficial, prefiero una mezquita en la zona cero mientras se derroca al régimen criminal de los ayatolás que dar al totalitarismo la victoria moral de actuar como ellos harían cuando se trata de atacar las libertades pero con dudas y sin determinación real para aniquilarlo.