Yo estoy harto de nacioncillas, "derechos históricos", de presidentes de pacotilla, etc, etc.
El gobierno de España debe hacer lo mejor para todos; y si surgen intolerantes, mano dura; o mejor, mano durísima. Ya está bien.
Y ¿nadie puede denunciar en debida forma a tarados como ese catalán calvorota que sale el otro día diciendo que a ellos hay que obedecerles lo que ponen en sus papeluchos?. Kafkaino y dantesco es todo el legisleo de los últimos tiempos; la más vil corrupción al servicio de tres caciques imbéciles y sus escuadras mortíferas.
Si un rey dio privilegios a Vascos, Catalanes, y Navarros que sea otro rey quien los quite.
Ya esta bien de patriotas como el señor Duran i Lleida que nos deleita con sus cantos de sirena diciendo aquello que se quiten las autonomias menos la Catalana ya que tiene un parlamento y unas leyes mas antiguas que ninguna.
¿ ES QUE SE CREE QUE SOMOS IDIOTAS? lo que estan rumiando estos hijos de su madre es, Cataluña, unida a los países catalanes y el resto ajo y agua y a tragar lo que sea .
CON MIS IMPUESTOS NO, NO......
A mi lo que me hace gracia es que se culpe a las autonomias del enorme déficit que tiene el Estado, cuando números en mano, el déficit que generan las autonomias no debe llegar ni al 15% del total.
Aquí el problema es que el Estado se gasta enormes cantidades de dineros en tonterias innecesarias.
En España todas las linieas del AVE, incluida Madrid-Barcelona, son deficitarias... curiosamente la única que seria rentable no está ni proyectada.
¿Es necesario que Ciudad Real tenga aeropuerto, con la pista más larga de europa para tener 4 miserables vuelos a la semana?
Y así un largo etc de despilfarros... eso sin hablar de pensiones vitalicias, altos cargos y otras memeces...
Ando, en estos días, descubriendo que "el café para todos" encerraba una gran virtud: pondría de manifiesto los errores del sistema autonómico, antes que otros sistemas de desintegración de la Nación. Este es el momento en que eso parece que se ha producido, no tanto por su inviabilidad económica como, pienso yo, por la expansión perpetua de los particularismos insolidarios. Ciertos políticos catalanes recientemente han descubierto que con "el café para todos" se acaba el café mucho antes de que su taza tenga el sabor intenso que su paladar demanda, y andan proponiendo que se haga borrón y cuenta nueva en el reparto.
Hace tiempo que el cuerpo me pide, en relación con las cuestiones catalana y vasca, una solución del tipo del referendum que, Sr. Campmany, propone en este artículo. Sin embargo, aventurando que el resultado de la consulta electoral andaría, como en el caso de Quebec, próximo al "fifty fifty", no se resolvería ningún problema, sino que lo eternizaríamos; el problema y el chantaje. También sería una actitud valiente la aplicación de la fuerza, bajo el amparo de la Ley, en el recuerdo de nuestra Historia.
"Durante la Transición hubo que dar respuesta a las ansias de autogobierno de Cataluña y País Vasco..."
Falso de toda falsedad. En mi vida he vivido infinidad de ocasiones en que se han cometido las mayores injusticias, fechorías, corruptelas y estupideces, bajo el epígrafe del "hay que...". La última que recuerdo por parte del director de cierto Departamento en cierta Universidad Española cuando entregábamos las calificaciones para transcribirlas a las actas y mientras tapaba piadosamente con la mano lo que escribía, nos dijo a los presentes: "a este *hay que* aprobarlo". Desde siempre me ha hecho cierta gracia ese "hay que" o "hubo que" impersonal e indeterminado que parece insinuar que las cosas son u ocurrieron por mandato Divino o por la fuerza de los hados o del destino.
La gigantesca memez cometida por todos esos "Padres de la Constitución" retumbará durante años para mayor oprobio de los que la cometieron. Así que por favor, D. Emilio, nada de "hubo que", porque lo de hoy es el resultado del pasteleo de unos cuantos que tienen nombre y apellidos.
Señor Campmany, aplicando una lógica muy sencilla consistente en considerar que "aquello que te molesta es porque te hace daño", es evidente que el "café para todos" irrita, fastidia y molesta a los nacionalistas, porque les hace daño, porque les perjudica, porque les viene mal. Por supuesto que las autonomías son un disparate tremendo, pero el gran error, el disparate mayúsculo mucho peor hubiera sido conceder un régimen autonómo exclusivamente a Euskadi y Cataluña, que hubiera conferido a estas comunidades una categoría diferente y especial al resto de España, desde donde los nacionalistas hubieran continuado sus exigencias, pues son insaciables. No lo dude, si hay algo que fastidia los planes nacionalistas es la división autonómica. Siempre será más facil quitar transferencias a todas las comunidades si la mayoría nacional lo desea, mediante un mecanismo centralizador común, que hacerlo con dos de ellas.
Sr. Campmany, olvida usted un pequeño detalle, si no estoy mal informado estamos en una SOBERANÍA POPULAR, de manera que aquí no se va nadie sin el permiso de la mayoría de los que hoy por hoy somos españoles, y por lo que a mi respecta, no pienso a renunciar a una parte tan preciosa de mi país como es Vascongadas, cuya perfección sólo resulta enturbiada, por la presencia de los VASCOS.
Así que se me ocurre una tercera solución más justa a la disyuntiva que propone usted: Que los nacionalistas vascos, catalanes, gallegos... se compren un rinconcito en el centro de Africa o de Siberia, o una islita en el Pacífico donde fundar su república bananera, y que se marchen y nos dejen en paz.

Los que no somos autonomistas,al menos de esta manera que "disfrutamos" actualmente,llevamos años tragando quina y pagando los dislates de unos políticos que vieron el chollo y la oportunidad de medrar.
Las autonomías actuales son el refugio de paniaguados,parásitos,malos políticos y vagos.Y esto ya no se sostiene.
Si no lo pagamos, porque no podemos más,esto caerá por si solo aunque nos arrastre al fondo.