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Afganistán, una guerra sin norte

Lo que no es de recibo es que sigamos con el doble discurso de negar que estamos en guerra contra los talibán para así legitimar retrospectivamente la bochornosa campaña que la izquierda española hizo en contra de la guerra de Irak.

Urdin dijo el día 27 de Junio de 2011 a las 18:22:

Dicen que las comparaciones son odiosas. ¿Se acuerdan ustedes de las campañas del PSOE contra la ocupación española del Rif pues bien Zapatero ha embarcado a España en una guerra en un país bastante más grande que el Riff y con bastante más población y con una geografía más dura que la del Atlas o la del propio Riff. Para vencer en un conflicto de voluntades más que tener medios, armas y municiones hay que empezar por saber qué es lo que se quiere y qué posibilidades hay de ello. Si se desea derrotar a los talibanes es una cosa, si lo que se desea es hacer de Afganistan una sociedad como la española lo más realista es retirarse porque nuestras "luces" les producen a los afganos los mismos efectos que a los espñoles las luces de los ejércitos napoleónicos. Los generales americanos piden tropas precisamente para evitar errores en esta guerra. Porque no es posible ser selectivo con un bombardero no tripulado. Pero para ejercer el oficio de cirujano que piden tanto Mc Christal Como Petraeus es necesario que la ciudadanía asuma un riesgo personal que ya no está dispuesta a asumir ni siquiera para defender su propia patria y por tanto muchísimo menos para defender la de los demás. Estas son las cosas de esos políticos que creen que es posible tomar decisiones en materia internacional con mercenarios y que eso nos va a salir gratis. La primera burrada la abolición del servicio militar por parte Trillo, la segunda burrada la enajenación de las reservas de oro por parte de Solbes ¿Cómo pretende la democracia espñola gestionar un ejército de mercenarios sin dinero, no ya en Afganistán sino en la propia España? sigan así que lo están haciendo de cine.

SUSTINE dijo el día 27 de Junio de 2011 a las 09:17:

Preferiría que mi Bandera ondease con normalidad y unanimidad en los ayuntamientos de Guipuzcoa que por los secarrales de Afganistán. Es la doble doctrina a la que se nos tiene acostumbrados. Allí hacemos la guerra y aquí practicamos el pacifismo. Que gran hipocresía es ser adalid de la abolición de la pena de muerte y entregar allí a los talibanes que atrapamos para que los fusilen los locales.



Debe haber sido aconsejada la ministra de Defensa para que no ponga cara de haber perdido un hijo cuando habla de caídos en algún ataque, tampoco tiene lógica que cada vez que caiga uno de los nuestros ,ella y su JEMAD tengan que ir hasta allá para repatriar a los muertos