El comunismo se derrumbó no por la guerrita de las galaxias de Reagan, sino porque en el Kremlin ya no quedaba ningún comunista. El régimen, simplemente, había dejado de creer en sí mismo. Que nuestra democracia no acabe igual.
Pura ignorancia; la gente no se acuerda, o no sabe, de los casi veinte años de cartillas de racionamiento con que nos obsequió el franquismo, entre otras cosas.
Ahora,¿es democrático un sistema que cambia por ley orgánica la LOPJ en contra de la Constitución?, ¿lo es cuando aprueba un Estatuto de Andaluciá que no cumplió los requisitos establecidos en la Constitución?, ¿lo es cuando ha aprobado un Estatuto como el de Cataluña?, ¿lo es cuando reconoce selecciones autonómicas representando internacionalmente a sus respectivas regiones, o cuando crean embajadas en otros países, a pesar de que la Constitución atribuye en exclusiva la representación exterior de España al Gobierno de la nación?,
¿lo es cuando el gobierno de turno, sin mayoría para aprobar los presupuestos, en vez de disolver las Cortes prorroga los anteriores y sigue gobernando como si tal cosa?, ¿lo es cuando pregunta a la gente por su confesión religiosa o simpatías políticas en una casilla del IRPF?...
Si echamos un vistazo a nuestra historia constitucional, veremos que tenemos que seguir con esta Constitución, aunque el PPSOE la haya aplicado según su parecer.
España es un país moderno, bastante más de lo que la gente se piensa, y bastante más que la mayor parte de los países de nuestro entorno.
Pero tenemos un grave problema, que es el desempleo. Buena parte de este problema ha sido provocado por ministros y cargos públicos que vienen directamente del franquismo, ahí está el caso de Bono o el de Bermejo.
Es un problema que viene de los últimos años del franquismo, y al que no se le ha dado solución porque la legislación laboral es, básicamente, la del franquismo.
Y mientras no se promulgue la ley de huelga que exige la Constitución (otra infracción del PPSOE), y no se reforme en profundidad la legislación sobre convenios colectivos y no se legisle penalmente sobre la discriminación por edad en la contratación, seguiremos contando los parados por millones.
Y seguirán saliendo iluminados clamando por pintorescos cambios, como esa gente que, militando y cobrando del PPSOE, llaman a un cambio constitucional (sólo nos faltaba un nuevo proceso
constituyente).
Pero sin duda no puede hablarse de democracia cuando el presente y las perspectivas de millones de personas y sus familias son la más absoluta de las miserias y su esperanza los comedores de Cáritas.
Zetaparo nos puso al borde del abismo y Ruinajoy ha dado el paso al frente que nos faltaba.
Pura ignorancia; la gente no se acuerda, o no sabe, de los casi veinte años de cartillas de racionamiento con que nos obsequió el franquismo, entre otras cosas.
Ahora,¿es democrático un sistema que cambia por ley orgánica la LOPJ en contra de la Constitución?, ¿lo es cuando aprueba un Estatuto de Andaluciá que no cumplió los requisitos establecidos en la Constitución?, ¿lo es cuando ha aprobado un Estatuto como el de Cataluña?, ¿lo es cuando reconoce selecciones autonómicas representando internacionalmente a sus respectivas regiones, o cuando crean embajadas en otros países, a pesar de que la Constitución atribuye en exclusiva la representación exterior de España al Gobierno de la nación?,
¿lo es cuando el gobierno de turno, sin mayoría para aprobar los presupuestos, en vez de disolver las Cortes prorroga los anteriores y sigue gobernando como si tal cosa?, ¿lo es cuando pregunta a la gente por su confesión religiosa o simpatías políticas en una casilla del IRPF?...
Si echamos un vistazo a nuestra historia constitucional, veremos que tenemos que seguir con esta Constitución, aunque el PPSOE la haya aplicado según su parecer.
España es un país moderno, bastante más de lo que la gente se piensa, y bastante más que la mayor parte de los países de nuestro entorno.
Pero tenemos un grave problema, que es el desempleo. Buena parte de este problema ha sido provocado por ministros y cargos públicos que vienen directamente del franquismo, ahí está el caso de Bono o el de Bermejo.
Es un problema que viene de los últimos años del franquismo, y al que no se le ha dado solución porque la legislación laboral es, básicamente, la del franquismo.
Y mientras no se promulgue la ley de huelga que exige la Constitución (otra infracción del PPSOE), y no se reforme en profundidad la legislación sobre convenios colectivos y no se legisle penalmente sobre la discriminación por edad en la contratación, seguiremos contando los parados por millones.
Y seguirán saliendo iluminados clamando por pintorescos cambios, como esa gente que, militando y cobrando del PPSOE, llaman a un cambio constitucional (sólo nos faltaba un nuevo proceso
constituyente).
Pero sin duda no puede hablarse de democracia cuando el presente y las perspectivas de millones de personas y sus familias son la más absoluta de las miserias y su esperanza los comedores de Cáritas.
Zetaparo nos puso al borde del abismo y Ruinajoy ha dado el paso al frente que nos faltaba.
Necesitamos otra cosa. Pero dentro del sistema.