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Guillermo Dupuy

Coalición de degenerados y dispersión de regeneracionistas

A esta fatal unidad de los dos grandes partidos degenerados se suma la no menos criticable dispersión de los pequeños partidos regeneracionistas.

Hace cosa de un año, el entonces director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, propuso con cierta candidez que el Rey liderara un "gran acuerdo" entre los dos grandes partidos para sacar a España de la crisis institucional, nacional y económica que padece. Algo bastante parecido nos proponen ahora desde el PSOE y el PP, respectivamente, Felipe González y Miguel Arias Cañete, quienes se han mostrado este fin de semana conformes con que ambos partidos lleven a cabo una coalición de Gobierno "en caso de ser necesario".

Ante esas propuestas de Cañete y González, diría lo mismo que dije hace un año ante la que proponía Pedro J Ramírez: que ese "gran acuerdo" entre PP y PSOE, aunque no se haya plasmado ni se vaya a plasmar en un documento oficial ni en ninguna coalición formal de gobierno, ya se ha alcanzado, y que, básicamente, consiste en dejar orillado el programa electoral con el que el PP ganó las últimas elecciones generales.

Desde entonces, ambos partidos siguen cumpliendo a rajatabla todos sus compromisos de gobierno, ya sea el de "mantener el poder judicial como mera correa de transmisión del poder político", ya sea el de "no tocar el modelo autonómico, salvo para tratar de contentar a los nacionalistas, cuyos proyectos secesionistas no dejarán de gozar, en cualquier caso, de impunidad y de financiación". No menos fieles a esos acuerdos han sido PP y PSOE a la hora de “no criticar ni menos aun reducir el ritmo de endeudamiento público”, “mantener o acrecentar la presión fiscal”, “resistirse a cumplir o hacer cumplir las leyes de estabilidad presupuestaria” o cualquier “sentencia de nuestros tribunales que contraríen a los nacionalistas”. ¿Y qué decir del nivel del cumplimiento de PP y PSOE a la hora de “mantener intacta la política energética” o “tratar como cosas del pasado los trasvases y el Plan Hidrológico Nacional”? Otro tanto se podría decir del acuerdo de “tratar al 11-M como cosa juzgada y a ETA como derrotada”, algo que el Gobierno de Rajoy está haciendo con la misma diligencia que sus antecesores del PSOE.

Podríamos seguir con otros compromisos de política social, también respetados por el PP y el PSOE, si no fuera porque hay que incluir en ellos el de defenestrar a los periodistas independientes, como ilustra el caso, entre muchos otros, de la expulsión de Pedro J. de la dirección de El Mundo.

Así las cosas, es evidente, tal y como ha afirmado Vidal-Quadras, que "PP y PSOE han decidido bunquerizarse juntos en La Moncloa para seguir manteniendo el despilfarro, la corrupción y sus privilegios" y que ambos partidos no quieren emprender juntos las reformas estructurales que necesita España sino "defender juntos el sistema del que viven y se benefician". Que lástima que a esta nada encomiable unidad de los dos grandes partidos degenerados se sume la no menos criticable dispersión de los pequeños partidos regeneracionistas.

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