Cinco palabras para definir las claves de la victoria española ante Senegal: experiencia, talento, madurez, Pau y Felipe. Era un partido en el que no era fácil ponerse en situación para España, toda vez que Senegal, una vez logrado un gran objetivo en la Copa del Mundo, iba a luchar cada balón para prolongar su sueño, más aún ante un equipazo de talla mundial como España. Todos sabemos que la selección es candidata a todo, pero necesita ir paso a paso, respetando a cualquier rival que tenga delante.
Le costó algo arrancar a los de Orenga, ante una línea defensiva inhabitual, por la gran envergadura de los jugadores senegaleses, que dificultaba las penetración de Ricky Rubio o Sergio Rodríguez, y que de no ser por la posibilidad de tener dos torres gemelas como los Gasol, además con un coeficiente intelectual enorme, habría podido generar bastantes problemas a España. El jugador senegalés, conocido como el yugoslavo de África, por su físico imponente y su talento, tiene más tradición y capacidad para el juego que el de otros países africanos. Cuando, algún día, se profesionalice la liga en el país, el desarrollo será aún mayor, pues ahora sólo unos cuantos afortunados pueden salir a Europa o Estados Unidos y competir de verdad al más alto nivel.
El rebote defensivo fue un problema en la primera parte, que España pudo ajustar en el descanso, ante un equipo al que no es fácil enfrentarse, pues juega a través de instintos, con mucha garra y que jugó a por todas en todo momento. Sólo la madurez, experiencia y talento de los españoles permitió esa cómoda victoria final.
Me gustó también el trabajo de Juan Antonio Orenga, que evitó que España en la desconcentración en un partido que por momentos fue duro, moviendo bien el banquillo y buscando en cada momento referentes en la pista manteniendo la madurez del juego del equipo como clave de la victoria frente a Senegal. Ahí Felipe Reyes hizo su mejor partido del torneo y recuperó sensaciones de cara a la recta final, al igual que José Manuel Calderón. Serán importantes en lo que queda de competición.