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Jaled Abu Toameh

Los árabes braman contra el acuerdo Obama-Irán

Muchos árabes han manifestado su honda preocupación por el acuerdo nuclear alcanzado la semana pasada entre Irán y los poderes mundiales.

Muchos árabes han manifestado su honda preocupación por el acuerdo nuclear alcanzado la semana pasada entre Irán y los poderes mundiales.

Muchos árabes han manifestado su honda preocupación por el acuerdo nuclear alcanzado la semana pasada entre Irán y los poderes mundiales, Estados Unidos incluido.

Líderes y jefes de Estado árabes fueron lo suficientemente corteses como para no criticar públicamente el acuerdo cuando el presidente Barack Obama los llamó por teléfono para informarles. Pero eso no ha detenido a los políticos, analistas y columnistas árabes que reflejan el pensamiento de los Gobiernos del mundo árabe, que han criticado duramente lo que describen como "el malo y peligroso acuerdo de Obama con Irán".

Los árabes, sobre todo los que viven en el Golfo, consideran que el acuerdo marco es una muestra de "debilidad" estadounidense y una luz verde para que Irán prosiga con sus planes "expansionistas" en el mundo árabe.

"Algunos países árabes se oponen al acuerdo nuclear porque supone una amenaza para sus intereses", afirma el diario egipcio Al Wafd en un artículo titulado "Políticos: el acuerdo de Obama con Irán amenaza al mundo árabe".

El periódico citaba al egipcio Hani al Jamal, político e investigador regional, que ha afirmado que el acuerdo implica que la comunidad internacional ha aceptado a Irán como potencia nuclear. Jamal predice que el acuerdo marco situará a Irán y a algunos países árabes, como Arabia Saudí o Egipto, en curso de colisión.

El político egipcio aconseja a los países árabes que formen una "OTAN suní" que garantice el status de Pakistán como potencia nuclear y aliado árabe frente a la "amenaza iraní e israelí".

Yihad Odeh, un profesor egipcio de Ciencias Políticas, afirma que los logros de Obama "pretenden desmantelar el mundo árabe. Obama quiere logros históricos antes de concluir su mandato destruyendo a Al Qaeda, tratando de acercarse a Cuba y alcanzando un acuerdo nuclear con Irán".

Pese a que Arabia Saudí, que actualmente está combatiendo a las milicias huzis respaldadas por Irán en el Yemen, "acogió favorablemente" el acuerdo nuclear, en privado ha manifestado su preocupación por el mismo.

De manera análoga, algunos países del Golfo que inicialmente recibieron bien el acuerdo han comenzado a manifestar su preocupación por las repercusiones que tendrá para la región. Durante los últimos meses los árabes han estado advirtiendo del empeño iraní por hacerse con el control de sus respectivos países.

Naser Ahmed ben Gaiz, un investigador de Emiratos Árabes Unidos, ha afirmado:

Seguramente, Estados Unidos no quiere una hegemonía iraní más poderosa en la región, pero, al mismo tiempo, no parece que le importe que los iraníes ejerzan cierta influencia sobre ella. Irán ha estado tratando de recuperar su antiguo papel de policía regional.

Ben Gaiz dijo que estaba claro que el reconocimiento occidental de la influencia regional iraní sería a expensas de los países del Golfo. "Los Estados del Golfo deberían forjar alianzas estratégicas con dos potencias regionales, Pakistán y Turquía, que comparten sus temores ante las ambiciones iraníes en la región", añadió.

El analista político Hasán al Barari se hace eco del temor de los árabes ante las ambiciones territoriales de Irán en Oriente Medio, y escribe en el diario catarí Al Sharq en contra la política de apaciguamiento con Teherán:

Irán ha tratado de intervenir en Irak, el Líbano y Siria, y está viendo que no tiene que pagar ningún precio por ello; al contrario, las grandes potencias intentan llegar a acuerdos con él. En Teherán también tienen la impresión de que Estados Unidos está evitando un enfrentamiento militar con los iraníes y sus peones. Los países del Golfo han aprendido de las lecciones del pasado en diversas áreas. La política de apaciguamiento no ha traído consigo más que guerras. Cualquier clase de apaciguamiento con Irán sólo hará que éste pida más, y que, probablemente, se inmiscuya en los asuntos internos de los países árabes y aumente su arrogancia.

Incluso los jordanos se han sumado al coro de árabes que expresan su temor ante la creciente amenaza que supone Irán para el mundo árabe, sobre todo tras el acuerdo nuclear con Estados Unidos y las grandes potencias.

Salah al Muktar, un columnista jordano, escribió un artículo, titulado "Oh, árabes, despertad, vuestro enemigo es Irán", en el que acusaba a Estados Unidos de favorecer las guerras de Teherán contra países árabes.

Al Muktar describe a Irán como un "Israel oriental", y afirma que el aspecto más peligroso del acuerdo marco es que permite que la República Islámica prosiga sus "destructivas guerras"contra los árabes. "Es un acuerdo peligroso, sobre todo para Arabia Saudí y para las fuerzas de la oposición de Irak y Siria", advierte el columnista jordano.

Este acuerdo brinda a Irán lo que más necesita para proseguir con sus guerras y su expansionismo contra los árabes: fondos. Levantar las sanciones es la forma en la que Norteamérica respalda las peligrosas guerras directas contra los árabes; asimismo proporciona a los iraníes los fondos que necesitan para proseguir con su campaña persa. Estados Unidos quiere agotar a Arabia Saudí y a los países árabes del Golfo para luego dividirlos.

El periódico libanés en lengua inglesa Daily Star también mostró su escepticismo ante el acuerdo nuclear, por ejemplo en un editorial en el que afirmaba:

Pese a todo lo que se dice de que este acuerdo contribuye a hacer el mundo más seguro, si a Obama le importa verdaderamente su legado, sobre todo en Oriente Medio, ahora tiene que trabajar con Irán para animarlo a volver a ser un miembro normal de la comunidad internacional, y no un país que patrocina los conflictos, directamente o mediante terceros, en toda la región. Si no, lo único que hará este acuerdo es animar a Irán en sus planes expansionistas.

Aparte de los árabes, también hay miembros de la oposición iraní que han expresado su rechazoal acuerdo nuclear. Maryam Rajavi, presidente del Consejo Nacional de Resistencia, ha comentado lo siguiente al respecto:

Una declaración de generalidades, sin la firma ni la aprobación oficial del líder espiritual Jamenei, no bloquea el camino de Irán a una bomba nuclear ni impide el engaño que le es consustancial.

Proseguir las conversaciones con el fascismo religioso de Irán, como parte de una política de apaciguamiento, no protegerá a la región ni al mundo ante la amenaza de la proliferación nuclear.

Cumplir con las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas es la única forma de impedir a los mulás que obtengan armas nucleares.

(…)

La indulgencia y las concesiones carentes de garantías por parte del P5+1 al régimen en el que actualmente menos se puede confiar en el mundo no hacen más que conceder a éste más tiempo, y agravan los peligros que representa para el pueblo iraní, para la región y para el mundo entero.

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