Creo que no existe nombre para denominar a la fobia a salir sin bolso a la calle, pero es como salir desnudo. Si Pablo Iglesias hubiera llevado su propio bolso, con sus pañuelos de papel de marca blanca de Alcampo, no tendría que haber usado una servilleta de hotel para aviar en público las comisuras de Íñigo Errejón. Eso no se hace. Aunque..., lo mismo alguien lo vio, decidió recogerla tras el desayuno, no lavarla y mañana se subasta por unos miles de euros en Venezuela.
Una estatua de Thatcher construida en bronce y no en hierro, como sería lo suyo, acumula polvo en un almacén londinense desde hace un año. La polémica está inspirando columnas en los diarios ingleses.
La hija de la primerísima ministra del Reino Unido, llamada Carol y que vive en Suiza con Marco, su joven instructor de sky, impide que se instale dicha figura porque le falta el complemento... directo de la dama, su tercera extremidad superior. "No se puede tener una imagen de mi madre sin su bolso de mano", ha dicho por carta Carol Thatcher. La estatua ha costado 300.000 libras y su destino es la plaza del Parlamento, en Westminster, junto a Churchill. El coste se ha pagado gracias a una cuestación pública.
¿Acaso alguien se plantea quitarle sus míticos pendientes de perlas a la Lady? ¿Cuánto dinero se han gastado en Oviedo en reponer las gafas a Woody Allen? ¿Fosilizarían a Mario Conde sin corbata? Desde luego la Guardia Civil, no.
El bolso de la única mujer que ha presidido el Reino Unido fue importantísimo para el devenir político de la nación, y eso que nunca lo usó, que se sepa, a modo de martillo de Thor, como la madre de Tamara -la mala-, que llevaba una plancha de ropa dentro para aumentar la fuerza centrífuga del morral. Aparte del carácter y fortaleza que imprimía a su imagen, Thatcher guardaba en el granítico bolso de cuero unos papelitos para anotar ideas, con sus palabras, en momentos importantes. Si sacaba el pedacito de papel es que algo iba a pasar tras la cumbre con Ronald Reagan o con Gorbachov.
Los bolsos de la marca Launer London acompañaron toda su vida a la Margaret pública. El primero se lo regaló el presidente de la firma, Gerarl Bodmer, junto con la viñeta de un periódico en la que la premier golpeaba a Argentina con su handbag. La marca ha hecho desde entonces el agosto los 12 meses del año.
Cuando Thatcher murió, sus herederos subastaron 350 objetos personales. El Launer más caro alcanzó las 45.000 libras. Su precio en el mercado es de unas 1.000. Los bolsos se vendieron a la par que copias firmadas de importantes discursos de la líder conservadora. Todo importa.
El bolso estructural tuvo sus propias anécdotas. Durante una reunión, la primera dama se ausentó pero lo dejó encima de la mesa. Su ministro Nicholas Ridley bromeó con los presentes: "¿Por qué no empezamos? El bolso está aquí".
El gesto incluso ha llegado al Diccionario de Oxford. Un smart diputado conservador, Julian Critchely, describió como handbagging la forma autoritaria de la jefa de conducir los consejos de ministros.
Llegados a este punto, reflexionemos: ¿qué diferencia a Soraya Sáenz de Santamaría de Mariano Rajoy? El bolso. Mariano no lleva bolso. El complemento más cercano es la mochila blandita de Moragas. Así no.
La última decisión sobre la instalación de la escultura de 3 metros de la baronesa inglesa es del alcalde de Londres, Boris Johnson, que se niega de momento a seguir adelante si no tiene el visto bueno de todos los parientes de la ex premier. Los periodistas ingleses han consultado a Martin Jennings, miembro de la Real Sociedad Británica de Escultores, que ha dicho que "siempre se puede soldar un bolso de mano de bronce, pero no es habitual". Las autoridades protegen la identidad del escultor. El pobre se imagina como el amigo buzo de Hugh Grant en Notting Hill, con decenas de flashes a la puerta de casa.
El bolso, ese complemento inseparable de mujeres inglesas con carácter, de la Reina Madre o de su hija Isabel II, señora que paso a paso llegará a ser madre de su propia madre. Este mes cumple 90 años.