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Mario Noya

Al Qaeda en Siria: del 'apoyo' a la 'conquista'

Los perros de la guerra santa están donde estaban: son los mismos y van a por lo mismo.

Los perros de la guerra santa están donde estaban: son los mismos y van a por lo mismo.
Bandera de Al Qaeda | Archivo

A finales de la semana pasada se lanzó la noticia sensacional de que el Frente al Nusra (FaN) rompía lazos con Al Qaeda. Pero parece que la historia no va de romper lazos sino de cambiar collares. Los perros de la guerra santa están donde estaban: ahora se hacen llamar Yabat Fatah al Sham (Frente para la Conquista del Levante) pero son los mismos y van a por lo mismo que cuando se proclamaban Yabat al Nusra li Ahl ash Sham (Frente de Apoyo al Pueblo de Levante).(Nota importante: ‘Sham’ hace referencia a Siria sino al Levante o, en todo caso, a una Gran Siria que abarcaría la Siria actual más el Líbano, Israel, los denominados ‘territorios palestinos’, Jordania y una parte de Turquía).

Tan es así, que en el supuesto mensaje de ruptura el emir Al Yulani se arrancó con un encendido elogio de Al Qaeda, de su fundador Ben Laden –al que emula en la vestimenta– y de sus máximos dirigentes actuales, y hasta se hizo acompañar por un histórico de la red criminal, Ahmad Salama Mabruk, uno de los hombres de confianza del líder Zawahiri desde los años 80. Por si quedara alguna duda: antes de pasar el vídeo de la supuesta ruptura –en el que, por cierto, Al Yulani dio literalmente la cara por primera vez–, el canal de TV del FaN emitió un audio en el que tanto Zawahiri como su lugarteniente Al Jair colmaban de bendiciones al FaN por su empeño en llevar adelante la guerra santa en Siria.

La filial de Al Qaeda en Siria ha invocado al pueblo sirio a la hora de justificar esta operación de renaming: lo hace, dice, para que Rusia y EEUU dejen de efectuar bombardeos sobre el país con la excusa de la lucha contra el terrorismo. Como justificación es bastante deleznable, pues Moscú considera terroristas a todas las fuerzas que luchan contra el carnicero Asad y Washington ha anunciado que no va a cambiar de política, es decir, de lanzar ataques aéreos sobre las zonas controladas por el Estado Islámico o por Al Qaeda. (El imprescindible Thomas Joscelyn precisa que en realidad los ataques norteamericanos contra el FaN son selectivos y ponen en la mira a sus cabecillas). Con todo, puede que deje aún más en evidencia a la Administración Obama, a la que el FaN quiere presentar como defensora definitiva de Asad ante sus propios aliados, esas fuerzas locales a las que Washington presta un apoyo poco menos que testimonial e hipercondicionado, nada que ver con la manera en que Irán (+ Hezbolá) y Rusia se vuelcan con Asad. Los rebeldes reconocen el poderío y la disciplina combativos del FaN (entre 5.0000 y 10.000 hombres), y este pretendido apartamiento de Al Qaeda puede rendir sus frutos. Significativamente, el vídeo del emir del FaN se emitió al poco de que EEUU y Rusia anunciaran que están dispuestos a dar “pasos prácticos” en conjunto en la lucha contra el Estado Islámico y el propio FaN.

Los analistas Thomas Joscelyn y Charles Lister coinciden en que el FaN pretende copar el bando rebelde, y la operación de renaming que venimos comentando da peso a su tesis: el frente ya no se limita a dar apoyo al pueblo de Levante, sino que se dispone a la conquista del territorio para implantar un nuevo califato, que compita con el que erigió en 2014 su gran rival por la hegemonía en el campo islamista, el Estado Islámico, que, a diferencia del FaN, sí rompió, tempestuosamente, con Al Qaeda y que, a diferencia del FaN, no ha buscado jamás la unidad de todas las fuerzas islamistas, sino que ha practicado el divide y vencerás, para emerger como campeón indiscutible al que todos los demás rindan pleitesía.

David Roberts, del King’s College, sostiene que con el FaN Al Qaeda está apostando por la descentralización y la delegación en fuerzas locales, movimiento de enorme calado que también advierte el ya citado Lister, de la Brookings Institution: la idea es instaurar un califato con amplio apoyo popular, y para ello nada mejor que abandonar el elitismo fundacional de la AQ de Ben Laden por la suerte de populismo que predica y practica el FaN de Yulani, al que potencias regionales como Qatar o Turquía podrán apoyar con menos escrúpulos si aparentan desvincularse de la red terrorista creada por el saudí.

Así que atención, mucha atención, que el FaN está muerto pero es más fuerte que nuncaAl Qaeda sigue ahí.

©Revista El Medio

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