Nuestros poetas reflexionan esta semana sobre el presente y el futuro de la corrupción política. ¿Se puede acabar con ella o, al menos, mantenerla en unos niveles aceptables? ¿O es un mal imposible de erradicar, inherente a nuestra nación y firme como la Cordillera Ibérica?
Las posturas de Fray Josepho y Monsieur de Sans-Foy están muy claras. Lean y opinen.
SE VA, POCO A POCO
por Fray Josepho
La corrupción política que vicia y emponzoña,
la podredumbre hedionda que apesta sin cesar,
la congestión de mierda, de pus y de carroña,
feroz y apocalíptica… Mesié, se va a acabar.
No digo que no sigan apareciendo casos.
El hombre, al fin, es hombre. Y más, si es concejal.
Habrá chanchullos siempre. Pero serán escasos.
España no es el váter del mundo occidental.
Al fin y al cabo ahora ya empiezan a ir al trullo
bastantes delincuentes. No todos, es verdad.
Pero sin demagogias, ruidos y barullo,
veremos el triunfo de la legalidad.
Sin duda precisamos reformas y trabajo.
Firmeza y mano dura. Prudencia y pundonor.
Pero es una locura tirarlo todo abajo,
cuando, sinceramente, ya vamos a mejor.
SE QUEDA
por Monsieur de Sans-Foy
Se irá desportillada a la basura
la taza que hoy no tiene un arañazo.
Del último y novísimo cochazo,
se irá hasta la color de la pintura.
Se irá la juventud, con su locura
perenne y con su mata de pelazo.
Se irán, después del último flechazo,
las ascuas del amor y la ternura.
No sé si en esta década ominosa
tendremos, Fray Josepho, la dichosa
revolución que acabe con la Casta.
¿Se irá la corrupción? ¿Estás de coña
o vienes al trabajo medio moña?
La corrupción se queda (con la pasta)