Cuando aquí se negoció con ETA y se acordó todavía no sabemos bien qué, pero por lo menos la vuelta de los etarras a las instituciones, muy pocos se opusieron.
Cuando uno deja el alto cargo se le abren amplias avenidas para enriquecerse. Los años de la política han servido para hacer favores y establecer contactos.
Las bases del PSOE están convencidas de que son La Gente y, por tanto, no se van a dejar arrebatar su derecho a destruir el partido con decisiones disparatadas.