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Juan Manuel Sabugo

El pájaro bebedor: el juguete que fascinó a Einstein y a Homer Simpson

El pájaro bebedor es un compendio de leyes físicas y un juego mundialmente conocido cuyas leyes físicas no supo descifrar Einstein.

Según contó la revista Time en 1964, Einstein ya era famoso y se encontraba en una recepción junto a físicos de todo el mundo cuando alguien se le acercó y le mostró un "pájaro bebedor". Lo estuvo observando durante un rato. El pájaro se inclinaba periódicamente para beber agua del vaso sin que nadie ni nada lo impulsara.

Días después, Einstein creyó haber dado con la solución del enigma. Su explicación se basó en la suposición de que el gas del tubo instalado dentro del pájaro se condensaba alternativamente y vaporizaba para cambiar de peso. Pero no, pronto se dio cuenta de que había cometido un error en sus razonamientos. Albert admitió la derrota, pero fue al más puro estilo Einstein: negándose a desmontar el pájaro para encontrar una solución.

Milles V. Sullivan, el padre del pájaro bebedor

No era fácil sobrevivir durante los fríos inviernos de Minnesota en los años 20. El padre de Milles V. Sullivan acababa de fallecer y lo único que les había dejado era una tienda de ultramarinos con una pequeña trastienda separada por una cortina. Allí viviría junto a su hermano y su madre mientras continuaba con sus estudios en la escuela. Gracias a un profesor de matemáticas que le tramitó una beca, pudo trasladarse a la Universidad de Purdue. Pero la Segunda Guerra Mundial entró en escena y fue reclutado para el Laboratorio de Investigación Naval de Washington D.C. Fue allí donde despertó su atracción irrefrenable por la realidad, la observación de los detalles y la resolución de los pequeños enigmas de la naturaleza.

La guerra acabó y, tras casarse, Milles entró a trabajar en los laboratorios Bell en Murray Hill. Rápidamente registró una serie de patentes que le dieron prestigio y notoriedad. Sin embargo, el mayor de sus logros llegó una mañana mientras observaba la típica máquina de música americana –llamada Wurlitzer– en la cafetería donde solía desayunar. La parte exterior estaba decorada con bandas de colores por las que corrían burbujas de una forma continua. Se preguntó qué leyes físicas la hacían funcionar y si podrían aprovecharse para algo.

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El pájaro bebedor y el movimiento continuo

Quizás sólo os suene de haberlo visto en los Simpson, pero el pájaro bebedor es uno de los juguetes más populares del mundo y un compendio de leyes físicas –también apareció en El Dormilón, de Woody Allen, en el comedor de la nave Nostromo en Alien, de Ridley Scott, y en los dibujos animados de Piolín y Silvestre–. Fue patentado el 18 de junio de 1946 e inventado un año antes por el doctor Milles V. Sullivan.

El proceso empieza cuando sumerges su pico en un vaso de agua, el fieltro se moja y enfría la cabeza. Como resultado, una parte del vapor dentro de ésta se condensa y se vuelve líquido. La caída de presión resultante del enfriamiento y la condensación, hace ascender líquido por el cuello aumentando el peso de la parte superior del animal y provocando que se incline sobre el vaso de agua. Con el pájaro recostado, el tubo interno que une el abdomen y la cabeza permite que una burbuja de vapor ascienda y desplace el líquido de la zona superior regresando al abdomen. De nuevo el contrapeso actúa y le devuelve la verticalidad. El movimiento se repite indefinidamente siempre que haya agua en el vaso. Es un proceso complicado en el que intervienen muchos principios físicos:

  • La ley combinada de los gases

  • La ley de los gases ideales

  • La distribución de Maxwell-Boltzmann

  • La entalpía de vaporización

  • El par motor y el centro de masas

  • La capilaridad

¿Descubrió Milles el perptuum mobile?

Me temo que no. En realidad, detrás de este mecanismo se encuentra el denominado "motor térmico": una diferencia de temperatura entre dos puntos que se convierte en un movimiento mecánico.

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Milles V. Sullivan fue un enamorado de su trabajo. Según cuenta su hija pasaba las vacaciones escolares junto a su padre: "Rodeado de libros húmedos, papeles desaliñados, tubos de ensayo y máquinas enormes… Tenía la suerte de ver avanzadas computadoras varios años antes de que los ingenieros pudieran usarlas". El Laboratorio Bell fue una de las maquinarias más importantes en la historia de la investigación. Muy pronto le dedicaré un artículo completo. Como adelanto, la frase que presidía la puerta de entrada de aquel laboratorio: "Por encima de todo, nunca seamos rutinarios. Si es nuevo y diferente, vamos a desarrollarlo, y vamos a deleitarnos con ello".

Son casi infinitas las frases y anécdotas atribuidas a Einstein. Sin duda muchas más de las que realmente sucedieron o de las que fueron desvirtuadas sutilmente para que sean más literarias. Lo cierto es que, en esta ocasión, la explicación del funcionamiento perpetuo del pájaro bebedor no resulta ni mucho menos trivial.

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