¿Qué se ha descubierto?
Un sistema solar, como el nuestro, pero en miniatura. La estrella que está en el centro, y entorno a la que giran siete planetas, es muy pequeña. Si nuestro Sol fuera una pelota de futbol, Trappist-1 (que es como se llama el "Sol" de este nuevo sistema) sería como una pelota de golf. Gracias a este diminuto tamaño brilla "tan solo" a 2.500ºC en lugar de a 6.000ºC como nuestro Sol, y vivirá irradiando calor casi hasta la eternidad, mucho después de que nuestro Sol se agote.
Los planetas que giran a su alrededor tienen tamaños muy parecidos a los de la Tierra. Este dato se ha obtenido con una gran precisión debido a un método muy ingenioso que consiste en esperar a que el planeta pase por delante de Trappist-1 y medir la sombra que produce.
La diferencia de calor entre el Sol y Trappist-1 se compensa gracias a que la distancia a la que están los planetas es mucho menor que en nuestro sistema. Es como si tuviéramos un radiador que emite poco calor pero nos pegáramos mucho a él. Esto implica que, al estar tan cerca, el tiempo que tardan en dar una vuelta completa a su alrededor (lo que denominamos en la Tierra un año) es de unos cuantos días. Para que os hagáis una idea: el más cercano (que se llama "b") tarda un día y medio; y el más lejano tarda unos 20 días.
En definitiva, un escenario muy parecido a lo que conocemos aquí.
¿Existe vida en alguno de los planetas descubiertos?
Lo único que podemos decir por ahora es que se dan condiciones necesarias, pero no suficientes, para que pueda haber vida. Por un lado existe un criterio denominado "zona de habitabilidad" que marca las condiciones necesarias para que se de la vida. Dentro de dicho criterio se encuentran 3 de los planetas, los intermedios. La temperatura que reciben como consecuencia de la distancia a Trappist-1 es la correcta. Por otro lado el tamaño, todos ellos muy similares a la Tierra. Y como factor más importante la densidad. ¿Por qué la densidad? Tenemos que pensar que lo que se mide es la masa media. Esto quiere decir que habrá diferentes materiales mezclados, pero que si un planeta tiene densidad alta o media dichos materiales serán metales o rocas. De la misma forma que la densidad de un granito o del hierro es alta (trozos pequeños pesan mucho). Si por el contrario la densidad es baja, esto quiere decir que entre los componentes tienen que haber cosas que pesan menos, como los gases o el agua.
El problema es que, hasta la fecha, las mediciones de densidad de los 7 planetas descubiertos tienen un grado muy grande de error. Esto quiere decir que sus densidades podrían ser o altas o medias o bajas. Sin embargo existe uno, el "f" (recordemos que los nombres son "b", "c", "d", "e", "f", "g", "h") que se encuentra en la "zona de habitabilidad" y que es el único del que podemos asegurar que su densidad es baja. Y ya sabemos que si su densidad es baja puede tener agua y gases.
Si de algo están casi seguros los científicos (en ciencia siempre hay que poner un casi), es de que para que haya vida tiene que haber agua.
¿Qué cosas no sabemos aún y son fundamentales?
No sabemos si existe atmósfera. Este es el dato fundamental. Sin ella es imposible la vida (al menos según la conocemos). Si en la Tierra no hubiera atmósfera la temperatura media sería de -40ºC, la radiación del Sol sería insoportable, padeceríamos el bombardeo de pequeños meteoritos y, lo más importante, no habría gases y por lo tanto, no habría oxígeno…, "un sin dios". Como explicaba antes, un buen indicio para sospechar que puede haber atmósfera es que la densidad media sea baja. ¿Entendéis por qué el planeta "f" (sería bonito pensar que esa "f" provenga de "life") es el candidato perfecto en el que tenemos puestas las máximas ilusiones? Os he de confesar que cuando comenzó la rueda de prensa tenía la ilusión de que nos afirmaran que había atmósfera en alguno de ellos. Tendremos que esperar, pero no mucho. Probablemente, en una década podremos saber ya bastantes pormenores. Principalmente porque EEUU va a construir un enormes radiotelescopio de infrarrojos (es el tipo de luz que nos es más útil para observar los planetas) de 30 metros de ancho y por otro lado pondrá en órbita el telescopio espacial James Webb (en inglés James Webb Space Telescope o JWST). Es el observatorio espacial sucesor del Hubble y del Spitzer (éste último es el que ha utilizado la NASA para comprobar los descubrimientos que se habían realizado desde diferentes puntos de la tierra). Está previsto que sea lanzado por un Ariane 5 en octubre de 2018.
¿Es posible ir hasta allí?
No, por ahora. El sistema está a 39 años luz. Esto quiere decir que si pudiéramos viajar a la velocidad de la luz (cosa imposible según la teoría de la relatividad de Einstein) tardaríamos 39 años. No solo eso, si quisiéramos comunicarnos con la Tierra, el mensaje tardaría igualmente 39 años y la respuesta: 39 años. Lo que sí podemos hacer es aprender todo lo que sea posible de su composición y su estado. Es lo que se denomina "observación indirecta". Trappist-1 está emitiendo luz y nosotros la podemos observar continuamente. La única pega es que lo que nosotros vemos ha ocurrido hace… ¿cuánto? Efectivamente: 39 años. Por ahora esa barrera de tiempo-distancia es insalvable. Pese a los agujeros de gusano u otras teorías científicas o pseudocientíficas. Primero habría que demostrarlas y después encontrar una tecnología que las hiciera posible. Imposible. O como les gusta decir a los científicos: casi imposible.