En época de jeremiadas anticapitalistas contra el turismo, nada mejor que publicitar lugares en los que gastar el dinero para incrementar la 'felicidad hedónica'.
Me produce una gran desazón el hecho de que, ante un tímido y protocolario Pacto Antiterrorista, algunos partidos nacionalistas o de izquierdas se nieguen a firmarlo.
No se cuestiona la actuación de los agentes que miraron a los ojos a los asesinos, sino el aprovechamiento propagandístico de la muerte, la impúdica publicidad.