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Fotograma de la película 'Serpientes en el avión' | eOne

El dizque feminismo del PSOE deja atrás a los grupos religiosos más ultramontanos a la hora de amenazar a los fornicadores con el infierno. Particularmente, a los varones.

Las mujeres deben consentir, pero no como hasta ahora: debe ser de modo expreso y fehaciente, nada de dejarse hacer ni de "don Juan, don Juan, la puntita nada más...". De lo contrario, los varones se meterán en un jardín que ríete tú de saltarte la sharia en Yemen.

El consentimiento femenino debe ser expreso. ¿Y eso cómo se hace? Nuestros poetas les sacan de dudas:

LO QUIERO POR ESCRITO
por Monsieur de Sans-Foy

Yo, fulanita de tal,
por mi cuenta y albedrío,
me enrollo con este tío,
que parece buen chaval,
y me pongo horizontal,
en el buen entendimiento
de que mi consentimiento
ha de ser correspondido
con un polvo divertido
al más alto rendimiento.

Se abstendrá la contraparte,
(porque hay gente muy majara)
de cualquier práctica rara.
Es preciso que descarte
la aquiescencia por mi parte
ante lances poco honestos,
insalubres o molestos,
de naturaleza obscena...
o ponerse a la faena
con los calcetines puestos.

Para nuestras relaciones,
dispondremos, por ser prácticos,
de los medios profilácticos,
en tan íntimas uniones,
conocidos por condones,
y establece el protocolo
que jamás, aquí, el Manolo,
con las ansias del momento,
me vendrá con ese cuento
de "tranquila, que controlo".

CONSENTIMIENTO INEQUÍVOCO
por Fray Josepho

Nadie aquí el problema niega,
queridísimo Mesié,
pero imagínese usté
que a tal situación se llega
con una mujer gallega.
Cuando la pasión se enciende,
uno el protocolo emprende
del consentimiento expreso.
Y tras preguntarle eso,
la moza dice "depende".

Se complica la cuestión,
digamos, del ensamblaje.
Y antes de que se te baje
del todito la pasión,
con algo de obstinación
(ya que el fracaso barruntas),
le pides: "¿Por qué no juntas
–y advierte que yo lo ansío–
tu sexo ya con el mío?".
"¿Y por qué me lo preguntas?".

Tal cosa en el formulario
no posee validez.
Hay que intentarlo otra vez
por cauce reglamentario.
"Perdón, chata: es necesario
que más claro te definas.
¿Hacemos cosas gorrinas?
Dime sí, si estás dispuesta".

Y entonces ella contesta:
"Qué riquiño, ¿tú qué opinas?".

En España

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