La brillante oratoria de Casado y Rivera contra el Gobierno de Sánchez deja por primera vez claro el deslinde político nacional: golpistas y antigolpistas.
El erudito norirlandés intentó reducir la caótica realidad política y social de las repúblicas hispanoamericanas a categorías y conceptos capaces de explicarla.
¿Podía ser un cuadro del Movimiento Popular para la Liberación de Angola elegido por el que fue su caudillo durante casi cuatro décadas la persona adecuada para mejorar las cosas?