La nueva Ley de Protección animal de la Comunidad de La Rioja ha saltado a los medios de comunicación por su radicalidad animalista que muchos pensamos que ni siquiera encaja en nuestra recién celebrada Constitución. Lo más preocupante es que haya prosperado con el apoyo de partidos como Ciudadanos, que se autodenominan liberales.
Libertad Digital reaccionó con eficacia y reflejos, publicando esta semana la noticia y aportando el texto de la disparatada nueva Ley: es ahora tiempo de comentarla más serenamente.
Los aspectos más polémicos:
- Se declara obligatoria la castración de todos los perros, gatos y hurones en manos de propietarios particulares.
- Se designará inspectores que estarán facultados para presentarse de improviso en los domicilios y comprobar el buen estado de los animales.
- Será obligatoria la práctica de una autopsia a los animales domésticos muertos, para determinar que la causa de su fallecimiento no ha sido el maltrato.
Son estos los principales "caramelos envenenados" contenidos en una sucesión exhaustiva de artículos, declaraciones de principios, suposición de intenciones, faltas a la presunción de inocencia de los propietarios de animales y, en definitiva, ataques a la libertad de quienes tienen, cuidan y aman a sus animales de compañía; y con este acúmulo de preceptos supuestamente legales quedan reducidos a la condición de supuesto "peligro público".
Ataque a la libertad
Dejando por el momento los aspectos veterinarios o etológicos de la cuestión, lo más preocupante es el carácter "liberticida" que respira por todos los poros el disparatado texto legal, que seguramente será objeto de toda clase de objeciones, sin excluir su posible inconstitucionalidad.
Recordemos que quien tenga un animal de compañía, sea perro, gato, hurón o cualquier otro, viene obligado al cumplimiento estricto de sus obligaciones como ciudadano, y debe mantener a su animal bajo control veterinario, pagar las tasas que le corresponda y asegurar con su vigilancia que aquél no va a constituir una amenaza ni una molestia. A partir de aquí nadie puede prohibirle gozar de sus derechos constitucionales.
¿De verdad puede el legislador pensar que es aceptable la entrada de un supuesto inspector en un domicilio sin la correspondiente orden judicial? La policía no puede hacer lo propio con los "okupas" y pensamos que el tema no merece mayor comentario ¿son quienes lo proponen los mismos que hablaban de "la patada en la puerta" o la "ley mordaza"?
En cuanto a la castración obligatoria de todas las mascotas, parece claro que tal precepto incide también en el derecho a la libertad de los propietarios. Tal obligatoriedad es muy diferente del consejo veterinario que en muchas ocasiones se inclina a recomendar esta práctica, bien por razones de mejora de la salud o la disminución del riesgo de algunas enfermedades, o bien para minimizar los riesgos de agresividad o de fuga que puedan presentarse en ciertos casos concretos.
Si prosperara la esterilización masiva cabe preguntar a cargo de quién correría la reproducción y selección de las razas. Algunas variedades de perros, gatos y otras mascotas son seleccionadas y reproducidas por grupos de criadores que trabajan con pequeños grupos de animales y se amparan en sus preceptivos núcleos zoológicos. Si no pueden llevar a cabo su labor ¿cómo se evitará la extinción de las razas en la Comunidad que así lo legisla?
O extinguir todos los perros, gatos y hurones por falta de reproducción, o dejar que se críen sólo en granjas especializadas y no en medio del entorno familiar de los criadores que correctamente registran sus cachorros en el Libro de Orígenes. Todos ellos observan un control veterinario total y no tienen nada que ver con los advenedizos o irresponsables que crían de manera compulsiva y no garantizan el buen destino de sus cachorros. Estas son las opciones.
Los veterinarios responden
Afortunadamente la respuesta por parte de la gran mayoría de los veterinarios no se ha hecho esperar y se muestra opuesta a la castración obligatoria, aunque, como antes comentábamos, son ellos quienes en muchos casos tienen que recomendarla en casos particulares.
En cuanto a la "autopsia obligatoria" la normativa que lo propone muestra la absoluta carencia de sensibilidad de los "legisladores de oficina". ¿Qué veterinario sería capaz de pasar una factura complementaria a quien está sufriendo el trauma de la pérdida de su animal, para poder así certificar que el abatido cliente no es un maldito maltratador? Pero ¿de qué estamos hablando?
La ideología animalista y los políticos engatusados
Los planteamientos ultra-radicales sobre la tenencia de animales vienen amparados por ideologías políticas de extrema izquierda que, junto a recomendaciones como la referente a la castración obligatoria de las mascotas suelen propugnar la alimentación vegana estricta, la eliminación de los animales de toda clase de actividades recreativas e incluso la prohibición de la caza. Alguno de estos extremos acaba de recibir el público elogio de la Sra. Ministra de "Transición ecológica" ¿"Transición hacia el abandono del medio rural", nos preguntamos?
Llevar a la práctica los planteamientos del animalismo animal parecía hoy imposible en nuestro país, a pesar de que por el milagro de las alianzas electorales algunos grupos conocidos como "Verdes" se hayan instalado en ciertos Parlamentos europeos. Lo más asombroso de lo que ocurre en La Rioja, es que la nueva Ley de Protección animal de este territorio español haya podido prosperar gracias al apoyo que el partido Ciudadanos ha prestado a la unión entre Psoe y Podemos. Recordemos que Ciudadanos dice ser un partido de inspiración liberal.
No podemos creer que los principios ideológicos animalistas encajen con la filosofía de Ciudadanos, especialmente en lo que se refiere a la obsesión por prohibir. Si se trata de una ocurrencia electoralista, recordemos que más del sesenta por ciento de la ciudadanía tiene animales de compañía y que de manera general se sienten molestos o indignados por lo que ocurre en La Rioja. Pronto se podrá comprobar en cuanto se aproximen unas elecciones.
Y para que nadie nos haga caer en la trampa, sigamos manifestando nuestra alegría por los avances que se venían consiguiendo en España en lo referente al mantenimiento de animales. Ya se contempla en el Código Penal el tema del maltrato y la crueldad con ellos al tiempo que se va avanzando en las medidas de control y en la lucha contra el terrible problema del abandono. Sigamos por esa senda sin caer en extremos liberticidas que pueden generar efectos rebote indeseables para los propios animales a los que se pretende proteger, en el caso que comentamos, desde la auténtica demencia.