Este juego va de distanciarse de una idea nacional que gentes como Iglesias perciben como contaminada y tóxica, pero sin renunciar del todo a ella, por si las moscas.
Reconozco que la mayoría de las veces Aznar me ganaba a pádel por aburrimiento. No corría riesgos. Salía a la pista dispuesto a no fallar ningún golpe.
El abismo que se abre con sólo pensar en la posibilidad de que Sánchez siga en el Gobierno requiere una gran movilización de los ciudadanos que quieren que España siga siendo España.
Tras cuarenta años de Estado de las Autonomías, es hora de acometer reformas audaces que pongan coto a los peores agravios e ineficiencias. Y no sólo ni principalmente en la economía.