Ni como bisagra ni como alternativa, se puede estar contra el PSOE de Sánchez y con el PSOE de Page, que no ha roto con Sánchez tras la entrega de Navarra y la toma de TVE por el comando informativo de Otegi.
A Eduardo Fungairiño, maestro del Derecho y un verdadero hombre de ley, la muerte le ha llegado creyendo en la Justicia, a la que dedicó su vida por completo.
Triunfe o fracase la opa hostil de Rivera contra el PP, se requerirá en el tablero nacional lo que hasta ayer encarnaba él mismo. Y con urgencia perentoria.
Pedro Sánchez tiene un objetivo principal a la hora de negociar un Gobierno: matar a Podemos. Los intereses de la nación española le son absolutamente secundarios.
Claro que hay sitio y espacio para un camino de Santiago Abascal que siga la ruta de las estrellas. Pero hay que demostrar que se es un partido más íntegro, más nacional, más democrático.
Rivera acierta y se equivoca en cada discurso y la España de los partidos sigue ocultando a la España de los ciudadanos, con minúscula, que es la que importa.
Fue un gran líder político. Reconstruyó la unidad política de al-Ándalus, erradicó las sempiternas rebeliones y lanzó campañas de conquista de plazas en el norte de África para impedir nuevas invasiones de la Península.
Alfred Bosch, consejero de Acción Exterior, Relaciones Institucionales y Transparencia del Gobierno de la Generalidad, ha pedido perdón por los errores cometidos por los españoles hace 500 años.