Al nuevo Gobierno se le va a llenar la boca con la palabra 'transparencia'. Lo más probable será el efecto adverso de que cunda todavía más la opacidad.
La institución monárquica ha sido puesta en la diana ya no por las fuerzas separatistas sino por quienes se disponen a compartir el Gobierno con el PSOE.
Tendremos sentada en el Consejo de Ministros a una autoridad cuya preocupación primera consiste en la legitimación moral y política de los separatistas.