Lo único que nos da el Gobierno para luchar son nuestros propios sacrificios. Y encima se recochinean de nosotros diciéndonos que eso les tiene muy satisfechos.
Lo que está en juego no es Twitter o Facebook o los mensajes del cuñado en WhatsApp: lo que está en juego es la libertad de expresión y con ella la democracia.
Jamás se habría podido levantar Alemania tal como se izó en la década de los sesenta sin aquel acto de extrema liberalidad hacia ella por parte del resto de las grandes naciones de Occidente.
Lo único que sigue creciendo, tanto con respecto al tercer trimestre del 2019 como en términos interanuales, es el consumo de las administraciones públicas.
En vez de atender a los hechos que recomendaban ir en la dirección contraria a la que estaba tomando el Gobierno, se volcaron en reforzar las consignas que salían de la Moncloa.