El confinamiento nos ha traído una Pascua anómala, en la que nada se celebra porque nadie puede salir a la calle. Ni actos religiosos ni desparrame laico por pueblos y playas.
No creo que Sánchez esté dispuesto a una tarea tan ingente y compleja como la que nos espera; ni que tenga la cintura política, los conocimientos y la inteligencia precisos.
Hoy casi no se oye la voz de Lidia Falcón, entre el ruido y la furia de las jóvenes airadas que han tomado las riendas del feminismo desde una posición de punto cero, como si nada hubiera sucedido antes de que ellas llegaran para salvarnos.
En la Argentina se está propagando un virus que preocupa a la gente. Se trata del albertovid-19 –en honor al presidente Alberto Fernández–, perteneciente a la familia de los peronavirus.