Este Ejecutivo es el exponente máximo de la ilegitimidad, sencillamente porque porque miente continuamente y, de paso, no defiende la legitimidad del sistema democrático.
Lo había pronosticado a finales del siglo pasado el filósofo francés Alain Finkielkraut, dijo algo parecido a lo siguiente: el siglo XXI será el siglo de la religión y del racismo.
Toca quitarse el sombrero ante una propaganda genial, capaz de sostener un proyecto tan mísero en razones como funesto para la causa de la libertad y el desahogo económico.
El principal problema es la frustración de esa masa de votantes izquierdistas que espera trincar la paga anunciada por Iglesias y se va a quedar con las ganas
Mientras no haya planes de protección precisos, “proteger a los vulnerables” no es más que un bonito lema que sirve únicamente para tranquilizar conciencias.
Las medallas económicas que se pone Sánchez son de hojalata. Otro de los grandes mantras falsos que se están repitiendo en las últimas semanas es el de "no dejaremos a nadie atrás".
Personaje estrambótico, es despreciado por casi todos sus compañeros generacionales, pero pudo sobrevivir y labrarse un prestigio como víctima de la guerra sin haber pisado el frente.