Se trataría de crear las bases para una nueva hegemonía de Esquerra Republicana susceptible de articularse merced a una alianza estable de gobierno con todo lo que hay a la izquierda del PSC.
Franco ha salvado a Sánchez sólo de momento, pero si el presidente manda sobre el delegado no deberíamos tardar en ver a ese presidente, a su gabinete y a todo aquel que lo merezca en un banquillo.
Alberto Núñez Feijóo cultiva desde hace mucho una imagen de nacionalismo light que sin duda le ha funcionado en Galicia. Pero ¿beneficia esto al PP del resto de España?
Los que, por el momento, hemos sobrevivido a la pandemia del virus chino tenemos la impresión de haber superado penosamente una especie de guerra civil.
Sánchez no debería olvidar que es el presidente del Gobierno de todos los españoles, también de los que viven en la comunidad de Madrid y no le votan, ni a él ni a su socio chavista que sueña con convertir la capital en Caracas.
En verdad, no hay ningún 'problema catalán', sino una controversia muy grave originada y estimulada del modo más extravagante y artificial imaginable por los catalanistas.