La zona que primero se sacuda esa madrileñofobia e invite a todos a disfrutar de sus recursos naturales habrá hecho algo grande. En años venideros, la gente de Madrid no lo olvidará.
En España, cada vez hay más cosas prohibidas. Si no lo están legalmente, da igual, porque se prohíben de facto exponiendo a quien se salte la veda al escarnio público.
En verdad, no hay ningún 'problema catalán', sino una controversia muy grave originada y estimulada del modo más extravagante y artificial imaginable por los catalanistas.