Julio, el cantante, que ya está de retirada, y Pablo, el político, que está en pleno ascenso, han suscitado y suscitan la envidia cochina del ligón medio español.
Es la izquierda realmente existente haciendo lo que más le gusta: acogotar a la ciudadanía y sumirla en la dependencia. Prepárense porque esto no ha hecho más que empezar.
La 'planificación para la libertad' tal y como la planteó Mannheim es una contradicción en los términos, pero queda como referente de que también los socialistas pueden ser seducidos por el valor de la libertad.
La sobreactuación sentimentalista en que los políticos se solazan haciendo uso espurio de las instituciones es una forma de ridículo hasta ahora reservada a repúblicas bananeras.