Vistas las maneras del Gobierno y los remilgos de buena parte de la oposición, todavía quedan dos posibilidades o intentonas más si la alarma se quedara corta: la excepción y el sitio.
Sánchez el incompetente no sólo recurre a los números fetiche del primer González, sino que pretende seguir los pasos de su semejante y referente Zapatero.
Su relato sobre la España de 1936 es la confesión de un desengaño. Avisó de que si triunfaba el bando republicano, la consecuencia sería la instalación en España del “comunismo bolchevique o el libertarismo anarquista”. En cualquier caso, “la dictadura del proletariado”.
La élite que nos ha gobernado estos años ha llevado España al borde del Estado fallido y es la responsable de la ruptura de los consensos de la Transición.