
Es el tema único, el monotema de cualquier charla o tertulia. ¿Qué va a pasar con el virus? ¿Desaparecerá de verdad algún día no muy lejano, o tendremos que hacernos a él, como nos hicimos a los pantalones campana y las canciones de Georgie Dann?
Se lo hemos preguntado a nuestros poetas y esto es lo que nos han contestado.
EL VIRUS SE VA
por Fray Josepho
Muy pronto volveremos a la vida
de antes del covid, Mesié. Seguro.
Por fin se va a acabar el tiempo oscuro
del miedo y de la gente recluida.
La cosa dejará de estar jodida.
Tengamos confianza en el futuro:
termina el desconsuelo y el apuro,
y ya se ve del túnel la salida.
Germina la salud y, cuando estalle,
por fin sin mascarillas, por la calle,
podremos dibujarnos la sonrisa.
Concluyen los enfermos y las muertes.
Ya vamos a salir. Salir más fuertes.
Lo ha dicho Pedro Sánchez, y va a misa.
EL VIRUS SE QUEDA
por Monsieur de Sans-Foy
Perdone que le enmiende y le corrija,
porque esto no se va a pasar de moda.
El virus, queridísimo rapsoda,
se va a inmortalizar en foto fija.
Usté, en su ingenuidad, se regocija
con cháchara simpática y beoda.
¿Qué zángano sin alma se acomoda
en esta realidad de baratija?
El virus está aquí para quedarse,
colega. Hay que joderse y aguantarse,
que alguna ventajilla sí que tiene:
no vamos dando besos por la vida
ni abrazos a cualquier desconocida
que, igual, si te descuidas, tiene pene.