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Pablo Planas

El nuevo clima político catalán: Vox y listas

Ahora que Junqueras ha decidido aparcar la vía unilateral, según dice Antonio García Farreras, el de la Sexta, el

Ahora que Junqueras ha decidido aparcar la vía unilateral, según dice Antonio García Farreras, el de la Sexta, el
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda a su aliado Oriol Junqueras, condenado por sedición. | EFE

Ahora que Junqueras ha decidido aparcar la vía unilateral, según dice Antonio García Farreras, el de La Sexta, el ambiente en Cataluña es de una tranquilidad, un sosiego y una paz inusuales. Ha sido trascender la carta del golpista y todo ha cambiado, la gente respira aliviada, las empresas que se fueron sopesan retornar, se reactiva la economía, en los plenos municipales se vuelve a hablar de aparcamientos y no de lazos amarillos y todo es de color verde esperanza. En Moncloa flotan entre nubes de algodón y en el palacio de la Generalidad preparan actos de reconciliación, reencuentro y hermanamiento. Ciudadanos que se habían retirado el saludo se abrazan ahora emocionados y conmovidos por la valentía de Pedro Sánchez y la generosidad de Oriol Junqueras.

¿Que no? La reconstrucción de las relaciones entre el Gobierno y el Govern ha abierto una nueva etapa y no hay más que ver los primeros actos de concordia. Por ejemplo, fruto del marco de diálogo y superación del llamado "conflicto", la consejera de Investigación y Universidades, doña Gemma Geis, se ha pasado por el arco del triunfo las instrucciones del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) para que los exámenes de la Selectividad se repartieran no sólo en catalán sino en español y aranés. "La Selectividad no se toca", ha dicho Geis, de la facción de Puigdemont, en un arrebato de inflexibilidad, intolerancia y desacato. O sea, que ha protagonizado el primer acto de desobediencia del Ejecutivo de Pere Aragonès.

Otro ejemplo. Los grupos separatistas del Parlament, con el concurso inestimable del PSC y la versión catalana de Podemos, han decidido excluir a los diputados de Vox de las comisiones de la cámara, de igual modo que les apartaron de los órganos de dirección parlamentarios y les privaron del senador autonómico que les correspondía por número de escaños. Es la respuesta inmediata de los partidos independentistas a esta frase de Junqueras en su carta:

Quiero volver a extender la mano a todos aquellos que se hayan podido sentir excluidos, porque nuestro objetivo debe ser justamente el de construir un futuro que incluya a todos.

A todos, sí, menos a Vox, partido que en las últimas elecciones quedó por delante de la CUP y de Podemos con 217.000 votos. A los socialistas, eso de vetar a Vox les parece bien porque se trata de un partido al que tratan de fascista por esa funesta manía que tienen los de Abascal de respetar la Constitución y pretender que se cumpla, al igual que el resto del ordenamiento jurídico.

Más casos. La instrucción del TSJC a la que hacíamos mención líneas atrás no sólo ha degenerado en que la Generalidad ha vuelto a hacer de su capa un sayo. La Asociación por la Escuela Bilingüe (AEB) ha denunciado la confección de listas con los datos de los estudiantes que piden el examen de Selectividad en español. ¿Listas? Sí, listas, listas de chicos y de chicas que ejercen su derecho a expresarse en una lengua que todavía es oficial en Cataluña. ¿También son de ultraderecha? ¿Sí? ¿Todos ellos?

Así que todo en orden tras la cartita de Junqueras.

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