Los socialcomunistas deberían enterarse de que son las rígidas legislaciones laborales y educativas que ellos mismos promueven las que actúan como un hervidero de desempleados para los recién llegados al mercado laboral.
A veces impresiona observar lo peor de nuestro pasado y darnos cuenta de que, pese a todo, aquellos hombres que se mataron mutuamente seguían siendo mejores que nosotros.