Si fueran justos con Vox, todos los opinadores que han advertido de los peligros de las leyes y la ideología de género habrían aplaudido esta semana a Ortega Smith. Y no ha sido el caso.
El muro liberal que ha levantado Madrid debe proteger la riqueza regional de la voracidad de Sánchez el incompetente, el cacique, el manirroto. Y servir de referencia al resto de España.
El rasgo mediático que comparten el asesinato de las niñas de Alcácer y el de Tenerife es la explotación inmoral e inhumana de ambos por parte de dos mujeres.