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Pedro de Tena

La apoteosis de la "misericordia"

El verdadero golpe de Estado ha empezado hoy disfrazado, como corresponde a los propósitos totalitarios, de misericordia democrática.

El verdadero golpe de Estado ha empezado hoy disfrazado, como corresponde a los propósitos totalitarios, de misericordia democrática.
Pedro Sánchez tras anunciar los indultos | EFE

Gran día el de hoy, 22 de junio de 2012, fecha en que se celebra el día de Santo Tomás Moro cuya mayor utopía fue de la conceder valor infinito a su creencia por encima de la conveniencia, hoy algo tan raro. Estamos en el Día de la Misericordia instituido por Pedro el Misericordioso, que lleva ya unos días aludiendo al corazón, que viene de cor-cordis y de donde proceden concordia, desconcordia, discordia, misericordia y otras cordialidades.

Pero enseguida he de decir que la lengua de serpiente del Misericordioso practica el doble rasero con su pretendida obra virtuosa que significa, no se olvide porque el truhán lo miente todo, "sentimiento de pena por los que sufren", compasión, lástima, piedad. Y desde luego, "sentimiento que impulsa a ser benévolo en el castigo", todo recogido por María Moliner.

Es decir, que la pregunta que debemos formularnos es a quiénes va dirigida la monserga de Pedro el Misericordioso. Pues como es proverbial en este bífido implume que nos gobierna por nuestra culpa, nuestra grandísima culpa, resalta un significado de su acción, el que le conviene para engañar a toda una nación de 500 años de historia, pero oculta el otro, el que desvela su intención criminal.

Quiero decir que este largo caballero misericordioso lo es con los separatistas catalanes que trataron de dar un golpe de estado en 2017 como bien dejó claro el Rey Felipe VI y que fueron condenados por el Tribunal Supremo por un delito de sedición. Pero, ¿qué es sedición? Pues una rebelión, dicen que no violenta: declararse en contra de la autoridad establecida, la Constitución, sublevarse y alzarse contra ella, rebelarse para eliminarla del mapa nacional.

Su misericordia es tan noble y perfecta que indulta a los sediciosos sin tener en cuenta lo sentenciado por el Tribunal Supremo ni lo dictaminado por el mismo tribunal, ni el sentimiento nacional español de la mitad de una Cataluña ocupada por el separatismo desde hace 40 años que no respeta nada, ni siquiera lo que defendían antes, el derecho a ser educado en la lengua materna.

Su misericordia es tan beatífica que no le ha importado que ninguno de los indultados haya pedido el indulto, ni que haya mostrado el más mínimo signo de arrepentimiento por su comportamiento sedicioso y golpista, sin que muestren el lógico propósito de enmienda y sin que se recaten el advertir que esto es un aperitivo para una amnistía, que es borrar de la memoria histórica lo que perpetraron, y para el próximo golpe de estado, ya posible y esperable.

Hasta aquí el spot dedicado por Rasputiván Redondo al autócrata de La Moncloa. Pero hay que reparar en que la palabra "misericordia" tiene otro significado. Se llamaba "misericordia" en España a un puñal conocido como "puñal de misericordia" que se cree fue una de las armas que más muertes causaron durante la Edad Media en aquellos combates cuerpo a cuerpo que regaron de sangre los campos de Europa.

Se usaba singularmente cuando era preciso impedir que un caballero abatido pudiera levantarse de nuevo y seguir la batalla. Para ello, una vez en el suelo se le abría el casco, se comprobaba si era digno de pedirse un rescate por él, y si no, se le clavaba en el ojo el "puñal de misericordia" hasta llegar al cerebro. Es una forma arcaica del "tiro de gracia" que era un "quitapenas" considerado una obra de cierta misericordia por los sufrimientos y dolores que ahorraba al caído.

Esta es la obra de "misericordia" que el largo caballero de La Moncloa nos ha aplicado a los demás españoles. En primer lugar, a los españoles de Cataluña, que son más de la mitad de su población, a los que ha ignorado sistemáticamente, solo y en compañía de otros desde hace cuatro décadas, destrozando el espíritu constitucional de derecho, ley e igualdad. A éstos les ha clavado hasta los sesos – sin dejarle apenas capacidad de reacción -, su "puñal de misericordia" tras comprobar que no tienen valor de cambio político.

Pero además nos ha asestado la puñalada de misericordia a los demás españoles cuya inmensa mayoría quiere que se cumplan Constitución y Ley porque ya tiene prevista una segunda transición que no va a conducir a la democracia, por imperfecta que haya sido como quiso la primera, sino a una II República rediviva donde las izquierdas y los separatismos logren por fin su sueño que imponer su proyecto de Estado, que no de nación, a la España democrática.

Para hacer tal cosa, naturalmente, tiene que apuñalar misericordiosamente al Rey, quien que ha decidido serlo de todos los españoles y que, por ello, es el gran escollo de la operación que conduce a un golpe de estado mucho más oscuro, sibilino, sutil y taimado que el de 2017: el golpe de estado contra la nación española, que, en mi opinión, ha empezado hoy día 22 de junio.

De este modo, la estudiada obra de Pedro el Misericordioso beneficiando a quienes ni respetan ni quieren respetar la Ley en dos comunidades autónomas, Cataluña y País Vasco, se evidencia como "puñal de misericordia" para los españoles que en ellas viven, para las 15 Comunidades y Ciudades Autónomas restantes y para la monarquía constitucional. Este es el quid de la cuestión. El verdadero golpe de Estado ha empezado hoy disfrazado, como corresponde a los propósitos totalitarios, de misericordia democrática. Descrita queda la felonía. ¿Lo haremos bien o como siempre?

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