
Llevamos apenas dos jornadas de Liga y estoy seriamente preocupado por la calidad de fútbol que vamos a ver durante esta temporada. Y no, no lo digo por los equipos que van a jugar la Liga Santander y por los diferentes estilos, muy respetables todos, que cada uno de ellos vaya a aplicar sino por los jueces que van a impartir justicia un año más en Primera División.
El fútbol español no se puede permitir lujos a estas alturas de la película. Si ya de por sí el nivel de nuestra liga bajará notablemente con la salida de una leyenda como Messi, lo que no puede hacer nuestra competición es mantener el pésimo nivel arbitraje que se ha visto en los últimos años. No solo por el tema VAR, que también, sino por el tipo de juego que los colegiados permiten dentro del terreno de juego. En estas dos jornadas, en las cuales he podido ver varios partidos de fútbol, la nota predominante ha sido que al más mínimo contacto se pitan faltas y así es imposible que los choques adquieran la velocidad que necesitan para dar espectáculo. Da la sensación de que los colegiados priorizan que el partido no se les vaya de las manos a que tengan más velocidad y vértigo. En resumen, que el partido tenga poco y controlado.
Este es un tema importante que se debe analizar. España empieza a quedarse atrás respecto a otros países a nivel de físico y ritmo de juego, algo que se puede ver en competiciones como la Champions donde algunos vuelan y otros corren rápido. En la Europa League sí triunfó el Villarreal, sin embargo, la nota predominante en los últimos años es que el fútbol más físico y completo de ligas como la de Alemania o Inglaterra se impongan. ¿Esto va por rachas? Por supuesto, pero no ayudemos a que una mala racha sea más larga en el tiempo frenando el espectáculo.
Tenemos por suerte una liga en la que pese a las bajas importantes que se han sucedido últimamente siempre habrá calidad y ‘peloteros’ de sobra que hagan del balón al pie una virtud y no un defecto. Es cierto que quizá deberíamos dejar de esperar tanto ese balón al pie para ir a recuperarlo como hacen en otras ligas, pero sobre todo no podemos permitirnos cortar jugadas interesantes cuando estas mismas apenas se han iniciado. Si el listón se mantiene tan bajo como hasta ahora, no habrá muchos partidos como el Levante-Real Madrid que acabó con un divertido 3-3 en el marcador. Y sigo repitiendo y manteniendo que esto no tiene nada que ver con el estilo de los equipos, porque hasta los conjuntos más férreos y defensivos de la Liga han demostrado que tienen jugadores que en dos o tres pases te hacen un gol.
No podemos ser tampoco la Liga que más tiempo pierde en cada partido. ¿Quién controla esto? Los árbitros. Que expulsen de una vez con segunda amarilla al jugador o al portero que pierde tiempo. O que saquen dos amarillas seguidas al futbolista que les vacila botando el balón 343 veces y mirando si en el minuto 84 la pelota tiene presión o no. ¿Cuántos gemelos se suben del minuto 80 al 90? Incontables. Y con imponer justicia severa una vez bastaría. Sienta precedentes positivos, no los que sientan habitualmente como que en la misma jornada se pite un penalti por mano y no hacer lo propio el día anterior en la misma jugada. No creo en conspiraciones, sin embargo, sí creo que hay gente que no da el nivel que se le exige.
La Liga necesita y debe preocuparse por esto. España necesita crecer en velocidad y ritmo y eso solo se puede hacer si los partidos no se paran cada dos minutos por un empujón en la banda. Si Velasco Carballo, jefe de los hombres de amarillo y negro, piensa decir otro año más que son la mejor generación de la historia que lo demuestren siendo jerarcas y dominadores de partidos llenos de vértigo y espectáculo, no de conciertos con incontables pitidos y faltas. Y si alguien no quiere riesgos, que mejore o que venga otro, porque aquí se acepta a gente que no sabe redactar un acta el mismo día de partido y tampoco al día siguiente una vez pensado todo 20 veces. Lo dicho: la Liga no se puede permitir arbitrajes antifútbol.
