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Fray Josepho y Monsieur de Sans-Foy

Lo mejor que ha hecho Sánchez

¿Qué han hecho los romanos por nosotros? Mucho, sin duda, pero su labor civilizadora palidece ante la inmensidad de los logros del sanchismo.

¿Qué han hecho los romanos por nosotros? Mucho, sin duda, pero su labor civilizadora palidece ante la inmensidad de los logros del sanchismo.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. | Alamy

El consenso es universal: ¿qué han hecho los romanos por nosotros? Mucho, sin duda, pero su labor civilizadora palidece ante la inmensidad de los logros del sanchismo. Nuestros poetas viven entre el pasmo y el asombro ante esta inusitada sucesión de éxitos sanitarios, sociales y económicos, pero les hemos hecho elegir: ¿qué es lo mejor que ha hecho Sánchez hasta ahora?

Esto nos han respondido. Juzguen ustedes si están de acuerdo.

LA MESA DE DIÁLOGO
por Monsieur de Sans-Foy

De todas las cosas buenas
que ha hecho Sánchez (que son muchas),
la mejor y más gloriosa
es la Mesa catalufa:
ha sentado frente a frente,
con café, cruasán y fruta,
a los irrecuperaplas
del follón y la ruptura
con los tristes vendepatrias
que urdirán la voladura.
Fabricantes de mentiras
y vendedores de excusas:
fe en sí mismos tienen poca,
voluntad de arreglo, nula.
¡Pero seguirán sentados
hasta el día de las urnas!
Y en las urnas, Pedro Sánchez,
con su pose más augusta,
mayestático y marmóreo,
con su voz más campanuda,
con los ojos de George Clooney
y el hoyuelo de Kirk Douglas,
pedirá que le votemos
por la paz en Cataluña,
cuando habrá montado el Ulster
para toda una centuria.

LA TARIFA ELÉCTRICA
por Fray Josepho

Mesié, de las cosas buenas
que ha hecho el presidente Sánchez
(que, como usted dice, son
cuantiosas e innumerables)
voy a destacar tan solo
un minúsculo detalle.
Me refiero a la factura
de la luz. Usted ya sabe:
esa que dicen que sube
tanto que no hay quien la pare.
Que cada semana un récord
de rápido ascenso bate.
Factura que hace tres años
resultaba intolerable
y mataba a los ancianos
por no poder calentarse,
con la pobreza energética
de que era Rajoy culpable.

Pues bien, lo que ha conseguido
nuestro presidente Sánchez
es que, aunque suba la luz
con incontenible avance,
ya la pobreza energética
no está por ninguna parte.
Ya los viejos no se mueren.
Ya las clases populares
no soportan escaseces,
penas ni calamidades.
Porque Pedro nos enseña
a soslayar esos trances,
a solventar los problemas
y a zanjar dificultades.

Nos ha dicho que pongamos
la lavadora bien tarde,
para ahorrar un dinerito
y conservar los caudales.
Que solo de madrugada
planchemos nuestros ropajes
(siempre y cuando la mujer
lo mismo que el hombre planche,
pues han de ser ambos géneros
absolutamente iguales).
Y que, si hay que usar el horno,
hemos de ser perspicaces:
y ponerlo bien de noche
para hacer nuestros manjares
(aunque es mejor ser crudívoros
y papear vegetales,
que no necesiten horno
ni hervor de ninguna clase,
con lo cual contribuiremos
a que el planeta se salve).

En fin, que, entre tantas cosas
que hay que agradecer a Sánchez,
yo me he acordado de esta,
que provoca que, a raudales,
de mis ojos fuertemente,
Mesié, las lágrimas manen.

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