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Miguel del Pino

El gorila albino, el sabio catalán y la alcaldesa de Barcelona

Copito de Nieve, que murió hace dieciséis años, es considerado por los actuales próceres municipales de Barcelona un "símbolo del colonialismo".

Copito de Nieve, que murió hace dieciséis años, es considerado por los actuales próceres municipales de Barcelona un "símbolo del colonialismo".
Copito de Nieve, el gorila albino del zoo de Barcelona | Libertad Digital

El Ayuntamiento de Barcelona con Ada Colau al frente rechaza recordar al gorila albino "Copito de Nieve" con una efigie monumental del primate. El gorila albino mundialmente famoso del Zoo de Barcelona, que murió hace dieciséis años, es considerado por los actuales próceres municipales de la capital catalana un "símbolo del colonialismo".

Colonialista pues habría que considerar al primatólogo que lo descubrió, salvó, adaptó, llevó a Barcelona y lo hizo conocido en todo el mundo, el Dr. Jordi Sabater Pi, por cierto, poseedor de premios como la Medalla de Oro del Ayuntamiento de Barcelona, La Creu de Sant Jordi y la Medalla de Oro al mérito científico de la Universitat de Barcelona. Cuando falleció, el 5 de agosto de 2009, estaba a punto de conseguir la Medalla de Oro de la Generalitat. Este era el supuesto "colonialista".

El Dr. Jordi Sabater Pi nació en Barcelona el 2 de agosto de 1922 y murió en Madrid el 5 de agosto de 2009. Gran admirador de la cultura de las etnias africanas y de la naturaleza de aquel continente, emigró en 1940 a tierras de Guinea Continental, entonces Guinea Española.

No fueron fáciles los primeros pasos de Jordi Sabater en su querido continente: lo hizo como trabajador no cualificado, ya que en dicho tiempo carecía de estudios. Pronto aprendió la lengua fang, propia del norte del país, y se rodeó de amigos nativos que le ayudaban en sus trabajos de estudio de la fauna y flora guineana, temas por los que sentía auténtica pasión.

Perfectamente adaptado a las costumbres y sobre todo a la convivencia con la población nativa, Sabater, que era un excelente dibujante, comenzó a publicar sus trabajos sobre ecología y etología de los chimpancés y gorilas que habitaban en aquellas selvas; pronto llamó la atención de las revistas científicas, entre ellas la famosa National Geographic, y a trabajar para el Centro de Investigación y Protección de primates de Ikundi, dependiente del Zoo de Barcelona, que estaba situado a 2 kilómetros de Bata, la capital continental de Guinea.

Ya era conocido mundialmente por sus trabajos en etología de grandes monos, como su "estudio comparado del comportamiento entre chimpancés y gorilas", cuando ocurrió un hecho excepcional del que fue informado por sus amigos nativos: los furtivos habían matado a toda una familia de gorilas y mantenían en su poder a un bebé gorila completamente blanco que habían arrebatado al cadáver de su madre, a cuyo pelaje permanecía asido. La tragedia era frecuente, pero no que hubiera noticia de un bebé gorila albino, caso nunca visto en el mundo.

No sabemos muy bien cómo, pero el entusiasta Jordi se hizo con la criatura, que debía presentar condiciones lamentables, hambriento y aterrorizado. El naturalista salvó su vida, consiguió adaptarlo y, en cuanto fue posible, enviarlo a Barcelona. El resto de la historia es bien conocido: "Floc de neu", como fue llamado, "Copito de nieve" en castellano, se convirtió en todo un símbolo de la excelencia del Zoo barcelonés, donde se hizo adulto, anciano, padre, abuelo y, en definitiva, fundador de una colonia muy prometedora para el futuro de la especie Gorila de costa.

Imaginamos que, a su pesar, Jordi Sabater Pi tuvo que abandonar Guinea en 1966, con motivo de la independencia de aquel país. Volvió a Barcelona y a su Universidad donde adquirió los estudios que no había podido hacer en su juventud; se convirtió en una autoridad mundial en primatología, adquirió el doctorado y llegó a ser Honoris Causa tanto por la Universidad de Barcelona como por la de Madrid.

Razón fundamental para el científico fue la lucha contra la consideración antropocéntrica de la zoología y, por supuesto, la defensa de las especies de grandes monos africanos, a las que tan bien había aprendido a conocer durante su estancia en aquel continente, sembrando ciencia y amistad a partes iguales.

La Generalitat trató de hacer justicia a su sabio colmándolo de honores y premios cuando llegó a la ancianidad, premios que la actitud de la actual Corporación Municipal de la Ciudad Condal trata de convertir en bofetadas al negarse a perpetuar en efigie el recuerdo de su famosísimo Copito.

Es conocido aquello de que "nadie es profeta en su tierra", pero aun aceptando la frecuencia de los desagradecimientos que la frase indica, lo del comportamiento de la Corporación Municipal Barcelonesa con uno de sus más insignes sabios es demasiado. Lo que simboliza "Copito de Nieve" no es el colonialismo, sino la fecundación cultural, en este caso no de Catedrales o de Universidades como ocurrió en América, sino de Ciencia y amistad; en ambos tesoros fue el sabio catalán especialmente acaudalado.

Ya en su ancianidad, tuve la inmensa satisfacción de entrevistar en varias ocasiones a Jordi Sabater Pi y de comprobar su calidad humana y, por supuesto,científica. La incomprensión de su trabajo y de su legado por autoridades cegadas por el fanatismo me duele especialmente por ello.

Terminemos dejando hablar a Miguel de Cervantes: "Ten esperanza, amigo Sancho, pues al no ser eternos los tiempos buenos ni los malos, llevamos tanto tiempo de malos que sin duda pronto habrán de venir los buenos".

Aunque recuerdo ahora que la misma Corporación y su edil principal, vetaron no hace tanto tiempo el proyecto de un monumento a Don Quijote. ¿Será que no tienen arreglo?

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