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Javier Arias Borque

Soledar, la desesperada victoria rusa en el Donbás tras meses de derrotas por toda Ucrania

Es la gran victoria rusa desde hace más de cuatro meses, pero en términos reales es pírrica y sin una gran relevancia.

Es la gran victoria rusa desde hace más de cuatro meses, pero en términos reales es pírrica y sin una gran relevancia.
Un hombre atraviesa las vías del tren frente a las ruinas de uno de los edificios de las minas de sal de Soledar | Cordon Press

Ucrania lanzó su gran contraofensiva militar el pasado mes de septiembre. El inesperado colapso en el frente de Jarkov, que conmocionó de tal manera a los rusos que hizo a Vladimir Putin movilizar a casi 300.000 efectivos por todo el país, fue un punto de inflexión en la guerra. Los militares y estrategas de Kiev robaron la iniciativa bélica a los Kremlin y convirtieron en posibilidad la opción de que Ucrania pueda ganar la guerra.

Desde ese momento, y hasta la llegada del invierno más duro, los militares ucranianos han ido poco a poco ganando posiciones en todos los frentes abiertos. Lo hicieron en Jersón -provocando incluso que Rusia tuviese que abandonar toda la provincia a la orilla oeste del río Dniéper-, lo hicieron en el Donbás y también en la zona oeste de Jarkov. El frío casi extremo pareció para los combates en los diferentes frentes.

La realidad es que, mientras los ucranianos redistribuían las fuerzas que habían recuperado buena parte de Jersón y trataba de refrescar las unidades situadas en la primera línea del frente, Rusia movió tropas y envió a los primeros movilizados al Donbás para intentar conseguir una victoria que les volviese a poner en una senda positiva, que les permitiera recuperar de alguna manera la iniciativa de la guerra y que tratase de elevar la moral de sus tropas y reducir el éxtasis ucraniano.

El objetivo elegido fue Bajmut, un estratégico enclave de la región de Donetsk que abre el camino a dos importantes localidades de la zona como Sloviansk y Kramatorsk, lo que permitiría aumentar el control ruso sobre un territorio que se supone que anexionaron con la especie de referéndum que organizaron a principios de octubre. Encabezados por los mercenarios sin escrúpulos del Grupo Wagner, estuvieron intentando asaltar la ciudad durante casi dos meses y medio.

Los rusos metieron también en la batalla por Bajmut a algunas de sus unidades regulares y a una parte de los movilizados el pasado mes de septiembre. Toda la carne fresca posible dentro de la trituradora bélica para intentar derrumbar las defensas ucranianas en la zona. Aunque estuvieron cerca de la derrota, los efectivos de Kiev consiguieron aguantar y convirtieron en vano el esfuerzo de la maquinaria militar rusa.

Los estrategas de Moscú cambiaron de táctica en ese momento. Decidieron atacar Soledar, una población de poco más de 10.000 habitantes antes de la guerra, conocida por sus minas de sal, que está a solo una quincena de kilómetros de Bajmut y que fue una de las localidad a través de la cual los ucranianos iban enviando tropas de refresco a la ciudad para continuar los combates y frenar el asalto ruso.

Rusia ha estado utilizando la misma táctica que con Bajmut. Toda la carne posible a triturar para tratar de desmantelar las defensa ucranianas y hacerse con el control de la ciudad. No han faltado vídeos donde se ve a los infantes rusos avanzar en el frente en áreas planas, sin elementos naturales o edificados para protegerse, con el pecho descubierto, cayendo en gran número, pero consiguiendo ganar terreno porque su despliegue en la zona les hacía poder permitirse centenares de bajas.

Tomada la práctica totalidad del municipio, a excepción de la parte más cercana a la carretera TO-513 y el área de la estación de ferrocarril, la realidad es que Soledar se ha convertido en la gran victoria rusa desde hace más de cuatro meses. El punto de inflexión que podría hacer cambiar la moral de combate de buena parte de los soldados y mercenarios que combaten bajo bandera rusa y que Moscú pueden tratar de vender como la gran victoria que vuelve a cambiar la iniciativa de la guerra.

La realidad es que la victoria es pírrica y sin una gran relevancia. Sólo han pasado a controlar una pequeña localidad que lo único que hace es cortar una de las vías de comunicación de Bajmut. Aunque, eso sí, puede ser la palanca que les faltaba para poder derrumbar el muro de la propia Bajmut si lanzar un nuevo ataque contra esa ciudad y, entonces, ya no se trataría de una victoria aislada en una ciudad perdida del Donbás, si no de un avance sobre el terreno en uno de los frentes.

La caída de Soledar en manos rusas deja varias incógnitas encima de la mesa. ¿La derrota puede hacer descender la moral de victoria de los ucranianos? ¿Será suficiente para que los militares, reclutas y mercenarios rusos vuelven a recuperar una confianza en sus posibilidades? ¿Podrán los rusos seguir consiguiendo victorias hasta recuperar la iniciativa? ¿La presión sobre Soledar-Bajmut será suficiente para que Ucrania no pueda iniciar grandes ofensivas en otros frentes?

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