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Jesús Fernández Úbeda

Y la torpeza se hizo carne... en los diputados de la derecha

Los diputados de izquierdas mean sobre los de derechas. En general, los primeros son muchísimo más astutos, hábiles y torticeros que los segundos.

Los diputados de izquierdas mean sobre los de derechas. En general, los primeros son muchísimo más astutos, hábiles y torticeros que los segundos.
La portavoz del PP, Cuca Gamarra, interviene durante el pleno del Congreso celebrado este miércoles. | EFE

Y la torpeza se hizo carne, y habitó en el Congreso, y contemplamos su ridículo: ridículo como una novela que aspira a ser erótica de González-Pons, lleno de argumentos inanes y de bravuconadas infantiles. El gatillazo parlamentario que el Gobierno sufrió la semana pasada se ha revelado, este miércoles, como una efímera excepción que confirma una regla escrita en piedra: desde el punto de vista dialéctico, los diputados de izquierdas mean sobre los de derechas. En general, los primeros son mucho, muchísimo más astutos, hábiles y torticeros que los segundos. Hay tipos del PP y de Vox que calcan a la chica que, en la primera escena de Scary Movie, en lugar de un cuchillo, una pistola o una granada, utiliza un plátano para defenderse del psicópata enmascarado. El único gol del honor lo marcó la popular Ana Belén Vázquez, quien, pese a incurrir en "el Sánchez de 2017 jamás votaría al de 2023" –de verdad, ¿alguien se cree esto?–, desplegó el historial de agravios de Marlaska y le preguntó si piensa dimitir tras su reprobación. Adivinen la respuesta del ministro del Interior.

Cuca Gamarra, como Tamara Falcó justificando su vuelta con Íñigo Onieva en El Hormiguero, o sea, trastabillada perdida, se refirió a los "520 delincuentes que se han beneficiado de su ley", la del sólo sí es sí, y mezcló el asunto con el tema de la sedición para, finalmente, tender la mano al presidente del Gobierno: "Si usted quiere, el próximo jueves 23, traemos a este pleno su rectificación". Pedro Sánchez, gastando una tranquilidad zen, le retorció el brazo: "Nosotros gobernamos para la mayoría de este país (…), no como ustedes, que defienden a las élites". Hurgando en lo publicado por Juanma Lamet en El Mundo este martes, acusó al PP de "recortar y derivar a la sanidad privada a muchos pacientes" y de insultar "a la cara a los miles de profesionales sanitarios que se manifestaron" en la capital del Reino. Inés Arrimadas le siguió parcialmente el juego: "Sí, Madrid tiene un problema gravísimo en la sanidad", pero también Cataluña, Toledo o la Comunidad Valenciana. La portavoz de, ahora, CS, así, con mayúsculas, demandó una recentralización de "las competencias que sean necesarias" y afeó que "no hemos tenido ministros de Sanidad", sino "candidatos haciendo campaña electoral con el dinero de todos los españoles".

En el contraataque, Sánchez, demagogo y efectivo, le dijo que, "para reforzar la sanidad pública, hay que tener gobiernos progresistas" y se lanzó a hacer leña del árbol caído, manifestando su "opinión personal sobre CS": "Me da mucha pena que hayan acabado como han acabado. (…) Ha convertido su voz en una coartada de la ultraderecha". Como me cuenta mi amigo AJ Ussía: "Sánchez es el asesino del Cluedo".

Acto seguido, Calviño machacó al pepero Rojas y a un sobreexcitado Espinosa de los Monteros, y Yolanda Díaz hizo lo propio con la voxera Cañizares, que quiso, en vano, hacerse la graciosa restregándole a la vicepresidenta segunda que "al menos, tenemos un partido", a lo que ésta respondió exigiendo "seriedad": "Estamos hablando de problemas que afectan a los trabajadores. Ni más ni menos, que del despido que ustedes quieren abaratar". Félix Bolaños, por su parte, atacó al PP por la Ley del Aborto… respondiendo a una pregunta sobre "Memoria Democrática" de la diputada de ERC Carolina Telechea. La popular Marta González dejó viva a Irene Montero con el tema de la Ley Trans, y Gil Lázaro, como ladrando en inglés, wof, wof, indicó que "numerosas voces e instituciones advirtieron de lo que iba a suceder" con el sólo sí es sí y –oh, novedad– que "ya sólo queda Vox hablando claro". "Pues muy bien", estuvo a punto de decir la ministra de Igualdad. La de risas que se tiene que estar echando una tal Cayetana.

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