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Alana o Iván que tenías doce años, descansa en paz

Los "multifactoriales" responsables de la mejor escuela del mundo jamás serán señalados por tu muerte.

Los "multifactoriales" responsables de la mejor escuela del mundo jamás serán señalados por tu muerte.
Velas, flores y pancartas en el domicilio de las menores de Sallent. | EFE

Al hilo del suicidio consumado de una criatura de 12 años en Sallent (Barcelona) y del intento fallido de su hermana gemela, la mayoría de los medios ha optado por destacar el aumento de los suicidios entre la población infantil y adolescente, por la necesidad de cuidar la salud mental de los menores, por alertar del problema del bullying, en español "acoso escolar", y por cargar contra el uso los teléfonos móviles y las redes sociales entre los infantes. Los expertos se han puesto de acuerdo en que las causas de la lacra son "multifactoriales". Y como la cosa es "multifactorial", la culpa no es de nadie.

Tan sucinta explicación exculpa a los padres y a los familiares, pero también y sobre todo a las autoridades de toda clase y condición, de ministros a consejeros autonómicos, de directores y profesores de colegios e institutos a alcaldes. Y menos culpa aún tienen los niños que se ríen y maltratan a los niños suicidas. Como dice la canción, la sociedad es la culpable y a ti te encontré en la calle. Asunto resuelto.

Pasa que si se desciende a pie de calle o de colegio, las cosas no son tan sencillas ni son lo que parecen. En el caso de Sallent, se dice que Alana, la niña muerta, quería que la llamaran Iván y muchos de los niños de su clase y de su instituto la llamaban Ivana. También se metían con su hermana Leila, que decidió seguir el curso de su gemela y permanece en estado crítico. Para el Ministerio de Igualdad, la muerte de la pequeña es un acicate para la llamada ley Trans. Consideran que la niña que quería ser un niño ha sido víctima de la transfobia de la extrema derecha. Caso cerrado.

Pero hay más detalles. Las gemelas nacieron en Argentina de padres argentinos. Se les notaba en el acento con el que hablaban en el colegio y fuera del colegio en la localidad de Sallent, siete mil habitantes. Sus padres habían huido de la precariedad y habían recalado en una población que dista 75 kilómetros de Barcelona hace tres años. En la prensa argentina publican muchos detalles sobre la trágica historia que investiga la "policía española" (Mossos) sobre lo acontecido en una población "española" de una "región" de España cuyo alcalde, el republicano Oriol Ribalta, declaró al diario Clarín que "somos un pueblo de acogida para todo el mundo que ha venido desde hace muchísimos años. No nos consta en ningún caso que hubiera rechazo de ningún tipo. Desde el momento en el que tu vienes a vivir aquí y se abren los servicios de acogida, de idioma, hay recursos de todo tipo. En este caso, para ellas, el idioma no era un problema. Lo desmentimos".

Este joven alcalde de 28 años fue de los primeros en descartar el acoso escolar en el trágico suceso mientras medios radicados en Cataluña atribuían el suceso a la "situación familiar", lo que dio pie a reconfortantes especulaciones sobre una crisis matrimonial debidas a dificultades económicas que habrían alterado el normal curso de la infancia en el mejor país del mundo, Cataluña, connotada por sus "pueblos de acogida".

En esa acogida los centros educativos son la referencia. Estamos hablando de la mejor escuela del mundo, según los promotores de la inmersión lingüística, los mismos que han logrado limpiarse el orto con una sentencia que dictaba que el 25% del horario lectivo se debía impartir en castellano, plateado o español, que viene a ser lo mismo. Dada la "multifactorialidad" del caso, que a las gemelas las tacharan de "sudacas" es lo de menos frente al peso de la causa "tránsfoba" o "transfóbica".

Al igual que el alcalde, el consejero de Enseñanza de la Generalidad de Cataluña, Josep González (en propiedad registral Gonzàlez) Cambray, negó que en una escuela catalana se hubiera producido un caso de bullying. Imposible. Los controles del instituto ni lo detectaron ni le alertaron a él, el jefe de las escuelas, exdirector general de centros públicos de la Generalidad y consejero de Educación tras haber facilitado la apertura de las escuelas el glorioso 1-O de 2017 y quien nada más tomar posesión de su último cargo envió una carta a los directores de las escuelas participándoles que serían "los protagonistas de los cambios que nos deparará la nueva Generalidad republicana".

Gonzàlez Cambray es el abanderado de la llamada "escola catalana", que es una escuela "verde, feminista, social y en catalán" según dijo en un discurso. El tipo no lo oculta. Le importan un bledo los conocimientos, los contenidos, las capacidades, el esfuerzo y el mérito. Y la vida de los alumnos. ¿Bullying? Imposible. No consta. ¿Por trans? Somos una escuela feminista y social. ¿Por la inmersión lingüística? Quienes aludan a esa variable son unos fascistas y unos hijos de puta.

Alana, que tenía doce años y quería que la llamarán Iván, ha muerto por causas "multifactoriales", incluidas las redes sociales de o en Sallent. Y su hermana gemela Leila está en coma porque quiso acompañarla. Los medios catalanes están muy afectados. Hoy mismo advierten que otro chico de quince años se quiso matar en Tarragona hace una semana porque le acosaban por autista. Otro medio contaba la historia el pasado domingo de un muchacho de 16 años refugiado y "normalizado" con este titular: "Nazar Uliantxenko, el ucraniano que en un año ya habla catalán".

Alana o Iván, descansa en paz, como se suele decir. El domingo se celebró su funeral en la más estricta intimidad. El viernes, 30 personas, 30, se manifestaron por Sallent en su recuerdo. "Feliz" eternidad, como quieras que te llames. Ni tus profesores ni sus jefes estuvieron presentes en tu funeral. Los "multifactoriales" responsables de la mejor escuela del mundo jamás serán señalados por tu muerte.

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