Menú
Pablo Planas

Una enfermera de Cádiz en la mejor sanidad del mundo

Te tienes que reír. TikTok, la versión comunista del Twitter de los cojones, ha destruido un "perfil" por "catalanofobia"

Te tienes que reír. TikTok, la versión comunista del Twitter de los cojones, ha destruido un "perfil" por "catalanofobia"
El presidente de la Generalidad, Pere Aragonès, junto a Jordi Puigneró. | EFE

Hasta hace unas horas, el enemigo público número 1 de la humanidad y de la sanidad en Cataluña era una enfermera gaditana que se quejaba en el TikTok de los requisitos lingüísticos de la Generalidad para acceder a una plaza fija en el "sistema de salud" de la región. El amigo Puigdemont la acusó de ser el ejemplo esférico del "lingüicidio" que sufre la región mientras que el consejero de Salud, el republicano doctor Manel Ballcels, anunciaba la apertura de un expediente urgente y todas las "tietes" de TV3 y la radio del conde de Godó se hacían cruces ante tamaña ofensa. Y es que la enfermera había dicho que "el puto nivel C1 de catalán" se lo iba a sacar "su madre".

Ella ya sabe que su futuro no está en Cataluña. Entre que se le acaba el contrato este mes y la campaña mediática y en las cloacas sociales en su contra, la joven no se atreve a salir a la calle y ha solicitado la baja. La marea catalanista, que incluye instituciones, partidos, sindicatos, medios y toda clase de entidades, desde el Enríquez Palancas F. C. hasta la colla de chupacebollas de la ANC, ha logrado que TikTok cancele la cuenta de la enfermera.

Poca broma. Hablamos de la "red social" de China, cuyo algoritmo es tan selectivo que ha eliminado el registro de la enfermera por su contenido "ofensivo". Te tienes que reír. TikTok, la versión comunista del Twitter de los cojones, ha destruido un "perfil" por "catalanofobia". Sí, esa misma red social que solo permite contenidos educativos en China mientras difunde en el resto del mundo la estulticia más supina, virus más peligroso que el de la última pandemia.

Estaba el catalanismo regodeándose por el éxito planetario de su última operación de "bullying" lingüístico cuando un supuesto ataque cibernético en marcha desde el domingo ha tumbado la red del Hospital Clínico de Barcelona. Se han tenido que cancelar 150 operaciones no urgentes, casi tres mil visitas y unas cuatrocientas analíticas, según datos de la parte afectada. Información de servicio: las urgencias se derivan hacia otros hospitales salvo las de aquellos que lleguen por sus propios medios a las instalaciones hospitalarias del "Clínic" repartidas por Barcelona. Los representantes de la Agencia Catalana de Ciberseguridad (no confundir con la T.I.A.), la secretaría de Telecomunicaciones, Ciberseguridad y Sociedad Digital de la Generalidad de Cataluña y la dirección del centro hospitalario comparecieron este lunes por la mañana para tranquilizar al personal. Sin noticias del consejero que está lapidando a la enfermera de Cádiz.

Uno ha dicho que "nos estamos centrando en recuperar la información" y que están investigando junto a los Mossos y la Interpol si las copias de seguridad del hospital están "comprometidas". El otro ha aportado que los piratas informáticos "han usado técnicas de ataque nuevas" y el médico ha declarado que "lo principal es la seguridad de los pacientes". Los dos primeros han destacado que la Generalidad no piensa pagar rescate por los datos clínicos de millones de habitantes de Cataluña y que las historias clínicas de los pacientes no se han perdido, pero que no saben dónde están. Todo muy tranquilizador.

Hace unos días, el periódico El País difundía una "información" según la cual un "observatorio" periodístico mundial del que forma parte había hablado con un empresario israelí que aseguraba haber tumbado el sistema informático de la Generalidad durante los días previos y posteriores al primer referéndum separatista, el de Mas en 2014. Nada más trascender la historia, los jefes y exjefes de los sistemas de ciberseguridad atómica y mundial de la Generalidad daban crédito a la "noticia" y sacaban pecho porque el masivo ataque había afectado al sistema de emergencias médicas pero no había logrado impedir la celebración de la consulta.

Al frente de aquel operativo de defensa estaba un tal Jordi Puigneró, el gran teórico de la "república digital", jefe de la agencia espacial catalana, consejero de políticas digitales y control del territorio, vicepresidente de la Generalidad y ahora, tras su expulsión del Govern junto a sus compañeros post o neo convergentes, alpinista aficionado que pretende asaltar el Huaina Potosí boliviano, un seis mil, gracias al año sabático que se ha pedido en la IBM, en la que no saben de él desde hace años, y financiado por la generosa indemnización que le toca como exmiembro del gobierno catalán. Puigneró, el hombre que detuvo el ataque contra la consulta del 2014 que colapsó las consultas, precedente del actual ataque.

Los medios de la causa independentista subrayan que los sucesores de este fenómeno dicen que el ataque procede de fuera del "Estado" y añaden que los susodichos "están trabajando en un plan de intervención en ciberseguridad que integre todo el sistema sanitario catalán". Seguro que se trata del mejor plan del mundo en el mejor de los mundos posibles, que diría Plangoss, el tutor de Cándido en el castillo de Thunder-ten-tronckh. La cosa está en manos de los catalanes catalanistas, ante quienes se arrodillarán los reyes de la Tierra porque llegará un día que será mejor ser catalán que millonario, según dejó escrito Francesc Pujols.

Temas

En España

    0
    comentarios