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Pedro Gil Ruiz

La corrupción del PSOE parasita a la Benemérita

Treinta años después de que estallara el Caso Roldán, se ha vuelto a infectar a la Benemérita. Al parasito se le etiqueta como el Caso del Tito Berni.

Treinta años después de que estallara el Caso Roldán, se ha vuelto a infectar a la Benemérita. Al parasito se le etiqueta como el Caso del Tito Berni.
Luis Roldán, en una imagen de archivo. | Europa Press

El 23 de noviembre de 1993 Diario 16 abre su edición titulando: "El patrimonio de Roldán se incrementó en 400 millones desde que es jefe de la Guardia Civil". La información detalla que el director posee dos pisos, tres chalés, un dúplex, cinco parcelas urbanizables en la costa y una finca.

Luis Roldán, un destacado dirigente del PSOE de Navarra, nombrado en octubre de 1986 máximo responsable político del Instituto Armado por el Gobierno de Felipe González, fue el primer parásito que la infectó. Cinco años después, el 7 de septiembre de 1998, la Audiencia Provincial de Pamplona condena a once años de prisión al presidente socialista de Navarra, Gabriel Urralburu, por un delito continuado de cohecho. Se había conchabado con ocho constructoras. Al consejero de Obras Públicas le cayeron siete años y tres a cada una de las respectivas cónyuges. Roldán fue condenado a 28 años, cumplió 15. El Partido Socialista de Navarra tardaría años en recuperarse del golpe. Hoy, ese partido se ha corrompido políticamente. Gobierna la Comunidad Autónoma en connivencia con Bildu y aprueba la expulsión de unidades especializadas de la Guardia Civil.

Treinta años después de que estallara el Caso Roldán, se ha vuelto a infectar a la Benemérita. Al parasito se le etiqueta como ‘el Caso del Tito Berni’. Su protagonista es Juan Bernardo Fuentes Curbelo, diputado canario del PSOE especializado en francachelas. Dicharachero, alegraba las noches de sus colegas de provincias.

Sus señorías se relajaban y al resto de españoles nos mantenían en encierro domiciliario por la pandemia. El Tito Berni, presuntamente, recibía comisiones de los émulos de José Sazatornil en La Escopeta Nacional. En la Cuba de Fulgencio Batista sería Fredo Corleone. Montaba cenas en restaurantes de lujo a las que estaban invitados un selecto grupo de diputados socialistas. Pagaba al empresario de turno y a los postres, según afirma Marco Antonio Navarro Tacoronte El Mediador, el desparrame con cocaína y prostitutas. Las fotos en las que aparece Tito recuerdan a las publicadas por Interviú [en mayo de 1994] con Roldán en calzoncillos. Prostitutas, drogas, corrupción. Cutrez marca de la casa.

"La España que quieres. Haz que pase. Vota PSOE", nos decía un sonriente Juan Bernardo pidiendo el voto en 2019. Fue detenido el pasado 20 de febrero y puesto en libertad. Mientras él campa a sus anchas, un jefe de la Guardia Civil permanece en prisión. Seguramente en el sitio que le corresponde. Pero no debería estar solo.

Asuntos Internos del Instituto Armado llevaba investigando presuntas irregularidades en materia de contratación desde 2019. El 24 de enero de 2020 remite al Juzgado de Instrucción Número 2 de Ávila un informe, en el que se detalla la adjudicación de obras de reacondicionamiento de cuarteles a las empresas de Ángel Ramón Tejera de León, empresario canario. Las diligencias de investigación continúan y permanecen secretas. Indicios de una trama de corrupción en la que estarían implicados diputados socialistas, cargos políticos del Gobierno de Canarias, empresarios y algunos jefes que deshonran el uniforme.

La reputación de la Guardia Civil se ve afectada. Los ministros de Defensa e Interior deberían salir al paso ¿Ustedes han oído alguna declaración? Lo sorprendente de esta situación no es solo el silencio. Medios afines al Gobierno y al PSOE han activado una campaña de desprestigio. En la televisión pública, va de suyo. Pero leer la misma información, el mismo día y en distintos periódicos delata la existencia de una acción coordinada ¿Su propósito? Tapar a los diputados socialistas, al Tito Berni. Hay que cambiar el foco. "A ti qué más te da". Juegan con ventaja y la directora de la Institución calla.

Lo denuncia la Asociación Pro Guardia Civil [APROGC]. "Ante la falta de posicionamiento oficial de nuestra Dirección General, ya que el único mensaje que se traslada a la ciudadanía desde el Ministerio del Interior es en forma de ceses de guardias civiles, desde APROGC reclamamos, sin cortapisas, que se vele y preserve el buen nombre de la Guardia Civil".

Y señalan lo que es evidente: "Recordamos que todo lo que se está sabiendo de lo que, presuntamente, ha ocurrido, lo están investigando profusamente guardias civiles. Nuestros compañeros del Servicio de Asuntos Internos".

Hay silencios cómplices, el de la directora y también el de las asociaciones de guardias. Tan acostumbrados a largar ante una ‘alcachofa’, ahora enmudecen o colaboran con quien menoscaba la reputación del Instituto.

"Nos vemos orgullosos de ser guardias civiles, atrapados, pero conscientes de cómo nos la están colando: ceses, tricornios y cuarteles han tapado, cocaína, prostitutas y diputados", finaliza el comunicado de APROGC. Al menos algunos tienen el valor de decirlo. ¡Viva honrada la Guardia Civil!

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